Si algo hay que asumir, señores, es cuando el cuerpo dice "Basta". Si uno intenta engañarle con una tarde y una mañana bajo los cuidados de mamá y papá para luego volver a su vida a 45 rpm, no funciona, y termina pasando un día y medio en la cama, delirando con todo tipo de pensamientos subterfugios acumulados. No digo que no haya sido una interesante labor de autoexploración, pero también una lección práctica. Y es que odio ponerme enferma. No cuadra con mi autoimagen de superwoman.
Sirva esto como introducción, porque a partir de aquí es bastante probable que delire un poco, también. Y es que hace unas semanas, la Chica Ángel me preguntaba por mi inexplicablemente mantenida ausencia de estos lares, y ha habido miles de razones para mantenerme ausente, pero tengo mono. Así que empiezan los comentarios aislados de una eternidad sin postear.
- Leo
esto en el blog del Chico Escritor e, inevitablemente, me acuerdo del taxista del jueves. Un señor absolutamente sabio, con una visión política intachable. Su argumento base, venía a ser algo así como que somos el único país al que se nos regaló la democracia, sin sangre, sin sufrimiento, sin claveles, sin Saint-Denis, sin... Y que así nos va. Que no sabemos votar, que no sabemos entrar en un ayuntamiento y echar a alguien de allí a pedradas por gastarse 9.000 € de dinero público en una mesa nueva para su sala de juntas. Una gran verdad para decirle a una meritocrática como yo, que ya tiene
candidata a las próximas elecciones, aunque lamentablemente no creo que se presente.
- Una amiga de la UOC está obsesionada con el intrusismo en la profesión de los publirrelacionistas. Yo, aunque sólo sea porque me encanta la gente que se queja de todo en general pero de forma activa, me hago eco siempre de sus comentarios al respecto, pero el problema no es ese, qué va. El tremendo problema es el intrusismo en la profesión de selección de RRHH. Dénse una vuelta por algún portal de búsqueda de empleo. Los papanatas que cuelgan anuncios no saben que "A tiempo parcial" es un tipo de jornada y no un tipo de contrato, que se llama "De duración determinada". En esas condiciones, es prácticamente imposible que sepan que para un gabinete de comunicación de empresas necesitan un publirrelacionista. Con lo larga que es esa palabra. Quita, quita.
- He empezado, por fin, mi Cuaderno Favorito. Concretamente, el verde, el que más necesitaba, el que mi madre tuvo a buen juicio regalarme. Un cuaderno entero de cosas que no me puedo echar en cara nunca más. Esto sí que es terapia, y lo demás son tonterías.
- Me voy a Munich, again. El próximo puente de diciembre, iremos a la ciudad del Putsch, a meternos otra vez con los rincones donde Hitler empezó a creer que cambiaría el mundo para bien y terminó metiéndonos a todos en el mayor jaleo de todos los tiempos (sobre todo por lo estúpido de su origen); pero, además, habrá añadidos. Y no serán jarras enormes de cerveza y cánticos y bailes sobre bancos de madera, no: ciudades universitarias, y, si el tiempo acompaña, trineos. Suena tan bien que no me importa estar en la ruina. Total, ya decían por ahí que estamos en crisis. Empezaba a sentirme discriminada por no notar ninguna diferencia en mi ya de por sí lamentable situación pecuniaria.
- A veces, la ilusión es algo tan pequeño como una presentación de producto dentro de dos jueves. Una estética 70s, un grupo al que me encanta oír tocar, y la sensación de homenaje a la Chica del Fondo de Armario porque por fin, la Gran Idea Para Un Folleto De Producto que nunca se llevó a cabo, resurge dos años después. Ser la veterana del departamento (y no sólo la junior) es lo que tiene, que recuerdas las cosas, y que, cuando una se propone algo, hay veces que es cuestión de paciencia. Y va a resultar que sí que tenía yo de eso. Qué cosas.
- En enero seré una chica Licenciada. A cambio, llevo un mes sin pisar la calle, he perdido la cuenta de cuántos conciertos perdidos, arrastro un tremendo mono de humanidad que me hace contestar cosas raras al psicólogo ("Y, en tu vida fuera del trabajo, ¿también sientes que tienes que fingir?" "No, claro que no. Bueno, creo que no. Sabes, es que no recuerdo muy bien la vida fuera del trabajo"), y sólo sueño despierta con el desquite.
- He conocido, en este tiempo, a
un señor fantabuloso. Alguien que me recuerda que puedo ser expeditiva para cosas que simplemente quiero para mí, que se supone que es uno de los grandes objetivos de mi terapia estos meses. Alguien que me ha traído desde Ibiza mi nueva camiseta favorita y por cuya culpa estoy obsesionada con cierta tarta de chocolate de una cafetería entrañable en Ópera. Alguien que habría sido un gran contacto para una carta de recomendación para el master del IED que ahora, por culpa de Bolonia, igual empiezo un par de años más tarde. Sociología, Off we go.
- Últimamente, soy un desastre con patas. Tengo tantas cosas en la cabeza que no salgo de casa sin mi lista, tamaño folio, de To-Do's. Lo cual implica que la mitad de los To-Do's no están en la lista, porque no me acuerdo, y llego tarde absolutamente a todas partes. El descubrimiento asociado es que cuando una no da abasto, y no es una cuestión de pereza sino de sobrecarga, el universo entero conspira a su favor, y cambia las horas de las reuniones mientras duerme para que nunca llegue TAN tarde como creía.
- Tengo unas ganas enormes de ir a Sevilla, un mono tremendo de helado de Rayas, una avidez inconmensurable de olor a azahar, curiosidades de Alameda, y todo un saquito de emociones pro-sevillanas, que siguen en el fondo de una maleta que nunca consigo terminar de hacer. Sueño con tener fines de semana, y vengarme. Esto ya lo he dicho, creo. Mr Heads, le recuerdo que me debe usted un Daily's con fotocopias. He dicho.
En fin, que ya tengo Internet, y que espero andar más por aquí. Besos a todos los que sigáis al otro lado...