Me siento como una peonza (inmediatamente recuerdo la peonza que Fan#2 me trajo de San Francisco y creo que tengo que usarla in-me-dia-ta-men-te). Dando vueltas tan y tan rápido que el dibujo parece estático.
En el último mes, me han pasado dos cosas muy grandes. He ido a un casting, me han seleccionado, me han convertido en punky y he tenido que desfilar frente a cuatro docenas de peluqueros (y los gritos de "señorita, una foto" de mi abuela y la cámara del Chico Cósmico, pero eso es otra historia). Han seleccionado un microrrelato mío para una antología. De acuerdo, en una antología basuril de una editorial chiquitaja que se ha empeñado en inventarse un género y promocionarlo; y en una gala de peluquería y no en una pasarela ni un casting audiovisual, pero es igual.
Me he enfrentado a mi enorme miedo al fracaso, ni siquiera recuerdo el trauma, y, además, he salido mucho mejor parada de lo que cabría esperar.
El lunes recorría las calles de Roma murmurando para mí "soy escritora". Cuesta creerlo, después de tanto tiempo. Mi nombre volverá a salir dentro de un libro, y esta vez no seré amiga personal del autor, lo cual es fantabuloso, sin restarle méritos a Cuando las cosas dejaron de tener sentido; del que, por cierto, Blue ha hecho una crítica muy halagadora. Y me encuentro reforzada, apuntada a Audiciones.net, y alucinando un poco de que la Cyborg se halla quedado tan lejos en mi lista de pajas mentales. Ahora, cuando me estoy durmiendo, en vez de aterrarme a mí misma pensando en que me obligan a volver a la oficina, imagino que estoy impartiendo la primera clase del curso en una facultad, o, mucho menos divertido pero más real, que llega enero y soy licenciada. Que, por cierto, parece que por fin me dan facilidades para el próximo semestre.
Hay veces en que, simplemente, la vida cambia de polo y las cosas se arreglan solas. Ya no le debo dinero a nadie, he ajustado mis biorritmos, y algunos de mis enormes problemas de hace un mes son motas de polvo flotando bajo la ventana. A veces brillan, pero es lo más peligroso que hacen.
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
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