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29.5.25

Alicates

Sabía que no los tenías tú y aún así sabía que tenía que ver contigo; y el día que mi cabeza hizo clic y consiguió unir las dos cosas los alicates aparecieron en la caja de la maqueta que abandoné porque no quería que me diesen ganas de enseñártela, porque no quería tener ganas de continuar y montar esa biblioteca en la que iba a poder colocar mi tesis en miniatura, ese último regalo, esa traca inicial.

Yo me limitaba a contemplar la misma grieta de la pared. Alguien dijo: "Habrá que demoler". No sé cómo no lo vi llegar: era el día de la gran broma final. 

Sigo intentando encontrar el equilibrio entre concederme el inevitable deseo de que vuelvas y el esfuerzo de asumir que no vas a hacerlo y de que si lo hicieras quizá no sería para mejor.

Alimento al mismo tiempo el chat donde escribo mi diario del rencor y ese donde guardaba las cosas que quería compartir contigo cuando hablásemos pero me repito una y otra vez que no es más que un estallido de extinción.

Estoy harta de estallidos, de zonas cero, de fuegos artificiales que suenan como un mejor plan de lo que realmente son y pienso una y otra vez que la semana que viene ya es junio y que para qué vueltas al sol si no son contigo y aunque sé que los planetas no han dejado de girar ni van a hacerlo todo me deja bastante fría, como si la glaciación hubiese empezado en pleno burbujeo de esta tierra en llamas que se cuece en su propio jugo.

Resulta que se puede al mismo tiempo no dormir del calor que tienes y del frío que sientes, que no todos los malestares saben jugar a los microorganismos de fantasía y compensarse unos a otros y a veces en vez de bloquearse se amplifican y me encuentro de nuevo buscando trabajo y deseando no pasar la primera criba porque si tengo que pasar por otro mes como el último estoy genuinamente convencida de que no sobreviviría.

15.9.13

Vivir en una letra de Nacho Vegas

Todo empieza cuando no sé cómo despedirme de ti.

Mentira.

Todo empieza cuando los lunes somos novios y los viernes compañeros de trabajo. Y sigue cuando los miércoles soy una historia que contar. Y va a peor todo el tiempo y digo demasiadas veces "bañera llena de ácido" en 48 horas.

Todo empieza cuando te lo digo. Tú me haces cosquillas y te sorprendes.
- Estoy a la defensiva.
- Me alegra que me lo digas, pero no sé por qué.
- Porque das más miedo de lo que pareces.

Pienso en el Chico Gigante, "a él le gusta más de lo que dice, y a ella menos de lo que dice", y de pronto parece verdad.

Y te lo explico y haces la del espejo y parece que no tengo derecho a enfadarme porque estás enfadado tú. Y todo se vuelve tan raro que ni siquiera hueles lo suficiente.

Todo empieza como hace más de un año, "no 3G no honey".

No hay Jefa Planetera, no hay Manos Pequeñas, no hay Festivaleras. No hay nada salvo las sucias del Chico Suizo y dos pizzas, nada menos.

Estoy harta de sentirme como una pequeña niña gorda aunque me digáis tanto que cada día estoy más buena que me da miedo hasta venirme arriba.

Y por no venirme arriba, me vengo abajo.

Y estoy cansada.
- Me agota.
- Ya, pero, ¿el qué?
- Esto. El hoy sí, mañana no, el no saber. El sentirme rechazada.
- No te he rechazado nunca.
- Es que ni siquiera hace falta.

Esto cansada de ser alfa todo el rato, precisamente ahora que abrazo el paradigma de los cuidados como si no hubiera otro.

Cansada.

Aburrida.

Llámalo X.

Total, que todo empieza con el enésimo whatsapp y una duda taxímetra. Un mapa que no se carga y un montón de dudas. "What do you have at the end of the day". Mi dolor tras los ojos y yo decidimos que estamos tan cansados que no queremos saber cómo despedirnos. No queremos averiguarlo. No queremos preguntarlo. Así que abrimos la mochila de una chica desconocida y la invitamos a una caña, "¿qué haces?", "tómate una a mi salud". Y nos vamos sin despedirnos.

Y entonces llega el ataque del karma instantáneo. El círculo del maltrato. El quétaltevamealegromuchodequetevayabien. El aversinosvemosporquesipuedoecharteuncablemegustaría. El ignorar que estoy bien por si funciona y empiezo a estar mal. Y funciona.

- No quiero verte. No es un tema de rencor, sino de distancia. Deseo que te vaya muy bien, y no tengo problema en verte, pero, desde luego, no voy a quedar contigo. Porque no tengo nada que decirte, y así estamos bien.

Y me cuentas que estás con otra chica y que eres feliz y de pronto tequieromuchísimo y nodejodepensarenti y no puedo contestar más que esdemasiadopronto y teacompañoaltaxi nomejorqueno y desde cuándo te ha importado una mierda lo que yo decida, así que, por supuesto, me acompañas al taxi, y los silencios incómodos se vienen arriba, porque hoy todo se viene arriba menos yo, y todo acaba con un taxista pidiéndome que le prometa que no te voy a ver más, porque noséquéhapasadoperoesonoselehaceanadie, y es que no se dan portazos al grito de quetejodan porque luego la gente piensa que eres un puto psicópata y yo me lo creo.

A veces, muy en serio.

Tan en serio que pienso que si te he querido de verdad estoy muy rota y no tengo otra mejor que hacer una llamada llena de lágrimas y romper el amago de relación sana que tengo.

Porque de pronto ya no parece tan sana.

Porque necesito algo mucho mejor.

Porque estoy hartísima de mendigar que me quieran, porque prefiero que no me quieran nada a que me quieran mal, porque prefiero que no me hablen a que me persigan a un taxi con la excusa de que aún me quieren para mandarme a la mierda de un portazo, y prefiero que no nos veamos más a tener que irme sin despedirme por no tener que plantearme si te beso y dónde.

Así que, básicamente, os podéis ir todos a la mismísima mierda, a la ardiente oscuridad, o donde buenamente os convenga, porque yo, señores, estoy en mi hogar y Vespa me quiere como si no hubiera otro ser vivo en el mundo capaz de alimentarla una vez al día y eso, señores, es lo único que quiero, lo único que necesito, y lo mínimo que me merezco.

Por menos que eso, yo no cojo el teléfono los domingos.

20.9.09

¿Habrá que llevar una vida de drogas y prostitución para llegar a escribir algo tan bárbaro como el mensaje del contestador de Perdimos el control?

25.1.09

Como Gainsbourg y Birkin

Wow. La canción es un temazo impresionante. Pero el vídeo (concretamente, esta, de entre las tres versiones) la supera.



Eso sí; admito que era más feliz sin haberla entendido. Como me pasó en su momento con Blanca. Me gusta pensar que las canciones de amor son canciones de amor y no odas a la politoxicomanía. Para eso ya está Guille Milkyway, gracias.
En fin. Sigo enamorada de esta pareja. Tanto como para comprarme el nuevo de Ray Loriga, sin haber leído Héroes, ni nada. Sólo por cotilleo.
En modo fan todavía, dos regalos, sobre todo para Blue:



(Y esta segunda, un poco para el Chico Escritor, aunque no se puedan comparar peras con manzanas, claro).

24.6.08

Hoy es la noche más larga del año

Ven, viento del sur.
Ven y hazme fuerte.
Ven y líbrame al fin
de esta hora al acariciarme.

Déjame que decida
que la vida fue el único error.
Déjame a mi suerte
que no hay muerte si no hay también perfección.

Y sal, pánico, sal,
sal de mi mente.
Nadie nos prometió
vivir eternamente.

Bajo sábanas blancas
sé que guardas tu pobre interior,
como en una mudanza
hacia un sitio que te han prometido mejor.

Y es que hoy va a ser
la noche más larga del año,
y la quiero vivir como si en realidad
no tuviera que asistir a su final.

Y sal, sangre, sal,
sal de mi cuerpo.
Sal y vuelve a entrar
anegada en venenos.

Ahora que nada espero
y que no hay nada ya que añorar,
ahora hasta el mismo cielo
me acompañará en la cuenta atrás.

Y hoy va a ser
la noche más larga del año,
y la quiero vivir como si en realidad
no tuviera, no, que asistir a su final.

Y hoy va a ser
la noche más larga del año,
y la voy a vivir con amor y absurdidad.
Ya estoy listo
para el más puro final,
el más puro final.
(Nacho Vegas - La noche más larga del año)


Feliz solsticio a todos, con amor y absurdidad.

27.1.08

La gran aventura de mantenerse en pie

En su génesis, este post ha tenido tres títulos diferentes, pero me quedo con este; porque era el que quería usar el Chico Escritor y yo a veces me pongo muy burra y muy mala persona, y porque creo que refleja más cosas que el concierto de hoy.
Conciertazo, asegura el Chico del Entusiasmo. Yo, más modesta, sigo pensando que si hacemos media con la Sala Heineken, 50 euros no acaban de merecerse lo que he visto. Al fin y al cabo, no ha habido Ocho y medio (y esto en parte es bueno porque supongo que me habría dado la llorera), y no ha habido Nuevos planes, idénticas estrategias (y esto es imperdonable). A cambio, han estado Isabel y Blanca, esta última con una fugaz pero importante aparición.
El concierto, para los no-fans, era de Nacho Vegas y Christina Rosenvinge, acompañados de una entrañable banda que podíamos haber presentado como: "a la codeína... Menganito; al THC... Fulanito; al pegamento... Zutanito; y creemos que el micro también está puesto porque se cae y hace ruidos de manera súbita"; aparte de la enorme cantidad de nosesabemuybienqué ingerida, seguramente por los dos, mucho más visible en ella, que usaba al guitarra de espejo para recordar los acordes de sus propias canciones. Eso sí: tiene una voz increíble y, digan lo que digan, es una Señora Compositora.
Incluso, esta vez, han hecho una entrañable versión compartida via hertziana (o no; yo soy de letras) con París de El hombre que casi conoció a Michi Panero, en lugar de destrozarla como la última vez que les vi.
En fin, que, al final, lo que menos me gusta de este chico es su afán por el bable y el diseño de sus camisetas. Lo demás, para ser ultrafan, como siempre.
Y eso que no quería ir.
Ayer superé mi maratón del finde pasado y me he chupado 20 horitas de sueño del tirón (con una breve conversación etílica a medianoche), y me seguían pareciendo pocas. El Chico Escritor me aconseja que vuelva a pedir la baja antes de que me despidan por la incompatibilidad horaria de mi trabajo y mis ataques catalépticos. Yo, en realidad, no sé qué hacer. Me gustaría pensar que la decisión no es mía pero cada día dudo más del gremio psiquiátrico, a los hechos me remito.
A todo esto, estamos de mudanza; y sospecho que mi hibernación tiene relación con el tema. Me hago listas de To-Do's en tarjetas de visita de muestra de imprentas que aparecen en mi buzón (¿les saldrá rentable algo tan masivo?) y confío en que mis nervios se porten como hasta ahora y no me fallen en el último momento. A cambio, les doy dosis masivas de sueño y de Bones (esto último quizá peor idea; ahora voy por ahí pensando que me van a descuartizar). Creo que es un trato justo.
El Chico del Entusiasmo pregunta por mi vuelta a los ruedos y me dan ganas de contestar que a mí que me cuenta. Si a mí con medio volver me bastaría. Pero, en realidad, es precioso sentir que alguien te espera para gritar lleno de orgullo tu nombre en el andén.

5.1.08

Verano fatal

Me pregunto si Nacho Vegas y Christina Rosenvinge realmente se acostaron juntos o el rollo Gainsbourg-Birkin que se traen es: a) Una maniobra para poner celoso a Loriga; o b) Una estrategia marketiniana. La b) se desmiente sola, dado que la habrían explotado y no lo han hecho. Así que... No sé, las dos opciones me parecen entrañables y el disco, un discazo. Aunque nunca me hagan mucho caso; yo soy demasiado fan.