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3.1.11

Tesitando

Propósito #1: Hacer cada día algo que me apetezca.
Propósito #2: Ser no-fumadora en enero de 2011.

Resultado: me he encerrado en casa. Que va exactamente contra las normas de lo que me dijeron en la consulta, pero es que ya he demostrado suficiente sumisión manteniéndome fumadora los primeros días de tratamiento, con las ganas con que había apagado el último cigarro (cierto es que parece que fue un acierto. Ya no me estoy volviendo loca. Creo). Creo que me aburro, pero es mentira. Me he pegado otro intensivo de limpieza, que son un rollo pero luego quedan bonitos. Me he visto dos pelis en una noche. He jugado al Faraón hasta aburrirme. Y por fin, por fin, por fin, he empezado la tesis de verdad. No en plan llevarme libros al autobús para leer algo en los quince minutos del trayecto y sentirme productiva porque tomo notas. No. En plan psicópata total.

He empezado por el principio (insisto en que soy una desobediente) y me he ido al segundo libro que me recomendó mi Señor Director. Que es lo más. Cada página que leo me encanta. Contiene el artículo que mi padre y yo habríamos escrito a pachas si nos hubiésemos visto más cuando estábamos obsesionados con el mobbing. Entre otros. De montones de autores que no me suenan de nada. Porque no soy socióloga, señores, que no. Estaba buscando donde no era. Resulta que existen personas como yo, y se dedican a hacer Critical Management Studies, que es un poco coñazo de escribir pero mola mil.

Personitas que se parapetan en las escuelas de negocios de las Universidades para decirles a los estudiantes de MBA que mola mucho dominar el mundo pero que igual hay que pensar las cosas dos veces. Que les enseñan que existe Foucault, y que lo que dicen es performativo, y que hay una ambivalencia en las aparentemente maravillosas nuevas formas de gestión de RRHH. Que todos queremos trabajar en Google pero que igual se puede hacer mejor.

E, insisto, son unos valientes. Lo dice el señor que yo creía que quería ser: viven en el corazón de la bestia. Y eso es bonito y hace que apetezca dedicarse a esto toda la vida. Sí. Pero también complica tremendamente mis sueños lúcidos con California. Porque a santo de qué voy a irme yo a un país donde consideran que la Seguridad Social es un invento del demonio a explicarles por qué estoy tan enfadada con el mercado laboral.

[Además, el StreetView de Google es un bicho traicionero que se ha empeñado en demostrarme que ni Stanford ni Berkeley molan tanto como las pintan]

Así que he pasado unas seis horas de las últimas 24 averiguando dónde quiero vivir. Y ahora mismo, mi ganador es Cardiff. Que es un sitio del demonio donde llueve todo el rato y tienen máximas de 15º en verano. Y es Gales, ni siquiera Escocia. Así que igual he encontrado una vocación y un gurú. Probablemente odiaría que le llamase gurú, y eso mola.

Me he pasado otras tantas horas buscándole a él y a sus referentes en la maravillosa base de datos de revistas electrónicas de la UCM que no sé dónde ha estado el resto de mi vida. Jugando con Zotero.

Y luego una prueba de aptitud para un trabajo que no quiero me ha recordado que no soy tan lista como pienso. Y que necesito un plan. Y que lo necesito cuanto antes. Porque la Comunidad de Madriz me ha llamado perezosa, con todas sus convocatorias de ayudas "hasta 31 de diciembre de 2010". Y mi cuenta corriente me llama cosas feas, por encantador que sea el chico de la oficina bancaria. Y la prueba de realidad no me gusta nada en absoluto. Quiero poder creer que va a venir algún banco (lo cual es paradójico) a ofrecerme un billete a Cardiff. Y que todo va a salir bien: que no tendré que dejar el piso, que encontraré un trabajo cuando vuelva.

Ser adulto es aprender a recortar la carta a los Reyes. Así que, queridos Reyes Magos, sólo os pido una cosa: seguridad. Porque esto de pensar que lo voy a hacer todo mal y que decida lo que decida voy a perderlo todo no me convence nada. Y he sido buena, así que tomad nota.

6.5.10

Por el cuarenta de mayo

Llega a casa el Chico Samba. Pregunta qué tal, y Blue contesta que estamos teniendo conversaciones divertidas. Yo pongo cara de vaaserqueno. Ella reconoce que ahora le divierte, pero que está segura de que le tocará sufrir las consecuencias. La reunión, muy poco productiva, acaba rápido, con el Chico Samba hablando de permisos de trabajo, Blue dejando post-its en el portátil sobre cosas que va a empezar a hacer, y yo echándome la siesta en mi afán de ser improductiva, pero una siesta que termina por convertirse en expresión subconsciente de dónde está mi cerebro ahora: lecciones inaugurales, tesis doctorales ajenas, y un paseo a la biblioteca que acaba regular de mal.

El Sociólogo Renegado comentaba el otro día que no existen las relaciones simétricas y tiene toda la razón. Pero la pregunta es si pueden existir las relaciones cartas-sobre-la-mesa. Si puedes coger a alguien, sentarle, y tener una conversación asquerosamente honesta, con todas las consecuencias. Del tipo de qué-sentimos-y-qué-vamos-a-hacer-ahora-que-lo-sabemos. Porque las frases del tipo "nos quedan dos telediarios" no ayudan nada en absoluto.

El psicólogo me habla de mi inseguridad ante una etapa en la que prima el sentimiento de pérdida. La Chica Mariposa dice que está cansada de abandonar gente y de salir huyendo. Yo creo que aprendo a no abandonar a la gente, pero, sí, cuando las cosas se ponen difíciles, huyo. O por lo menos lo intento. Afortunadamente, hay por ahí gente muy sabia que sabe perfectamente qué tiene que decir y cuándo.

Ayer por la noche hablaba con mi madre, por fin, de todo esto. De cómo organizar las prioridades para los próximos treinta y cuatro días, considerando los conflictos de intereses. Su respuesta, funcionalista 100%, me recuerda de dónde vengo igual que el Chico Samba hablando de maestros en casa de cómo vivir permanentemente en la dimensión real y en la analítica.

No sé si se puede ser funcionalista sin que la gente se cabree. Hasta ahora, no me ha ido muy bien. Pienso en los alrededores y cada vez siento menos miedo a la pérdida, veo soluciones, veo dinámicas diferentes. Me concentro en los abrazos y no en los espacios entre ellos. En las ganas más que en los hechos. Y es bonito, y eso también parece que podría funcionar. Pero no sé si es momento de elucubraciones. Quizá mi tendencia obsesiva y yo necesitemos marcos un poco más firmes a los que agarrarnos. Conceptos. Instituciones zombis, incluso. Reglas de protocolo. Declaraciones de intenciones. Porque no sólo de martes-de-vinos vive el hombre. O igual sí, pero no debería...

4.1.09

Viva el multicentrum

Si quiero que esto sirva dentro de doce meses, tendré que ser sincera. Marzo se presenta asténico. Recuerdo la luz de las once de la mañana, el pensamiento de quégustazoestardescansada. Pero luego, algo me ha llevado a seguir durmiendo hasta las malditas siete de la tarde. Con castigo consecuente, claro: pesadillas durante las ocho horas restantes. Pesadillas horrorosas llenas de muertos. Puaj.
A cambio, el resto de marzo me ha traído un expediente con nota media de notable. Eso está genial. Mi marzo metafórico también ha sido el día en que, por fin, ha aparecido mi "gafado" regalo de cumpleaños (ahora sólo hay que conseguir que llegue desde Alicante. Pero cosas más raras se han vistos).
Conclusión: si quiero que marzo sea un gran mes, habrá que atacarlo con vitaminas. Está bien, no me importa. Tengo un pastillero de sugus precioso que quiero tener vacío cuanto antes mejor. Nota mental: pedir cita para el psiquiatra, y, esta vez, ir. A la tercera va la vencida.

2.1.09

De buena mañana, para variar

Empecé este blog con un experimento: no sé de dónde había sacado que los primeros 12 días del año resumen lo que van a ser los doce meses siguientes, pero, por si acaso, lo apunté.
Es bastante curioso el paralelismo, releído a día de ayer, con lo que verdaderamente ha sido el año.
Así que, repito:
- Enero (1/1/09): La Despensa lo consigue, y aunque no es el primero del año, el segundo anuncio de La Sexta dice "Sí al 2009", y yo me pongo contentísima. No obstante, y dado lo que hemos cenado (que habría dado para el doble de personas de las que éramos) y mi gripazo reciente, sigo sin animarme a salir. Pero me paso hasta las 7 de la mañana disfrutando de la vida ociosa, acabándome el último de Hornby, leyendo cómics antiguos de Mortadelo y Filemón, y viendo capítulos repetidos de Sexo en NY. No es mal principio, aunque luego me levante a las 7 de la tarde... Para seguir leyendo, ponerme a bordar, ver Los Soprano y volverme a la cama. Conclusión: enero, un mes de hobbies. Mira qué bien :)
- Febrero (2/2/09): Vuelvo al trabajo. Llevo una hora de retraso sobre el planning, pero sólo es una hora, para variar, y eso está bien. En diez minutos saldré por la puerta de casa y llegaré a la oficina a una hora medianamente decente, achacable al horario flexible y no a mi naturaleza marmotil. Mis planes incluyen comer un pincho de tortilla con la Chica de las Sonrisas, y bajar al centro, porque, aunque ya tenga agenda (y sea personalizada y preciosa, aunque llegue el día 11), debería buscar algo para Reyes y recoger las entradas que tengo pendientes. El balance, a final del día.
Buenos días y feliz 2009. Otra vez.