Mostrando entradas con la etiqueta egocéntrica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta egocéntrica. Mostrar todas las entradas

19.10.13

Un cuarto propio

A veces, todo lo que una necesita es un poco de disciplina. Dejar que se dispare el TOC. Contabilizar el tiempo, los gastos. Mirarlo todo desde un Excel. Y en el proceso, aprender a respirar hondo.

No paran de decirme que me meto en más de lo que puedo abarcar, y, objetivamente, de aquí a diciembre es cierto. Pero de pronto siento satisfacción por las cosas que hago. Una sensación de plenitud que es muy distinta a la alegría. Estoy menos alegre, sí, pero soy más feliz.

Un otoño de agotamiento producido por un montón de obligaciones autoimpuestas, pero también tiempo de autocuidados.

Mimarse, alejarse y centrarse. No puedo vivir más que una vez, así que no me queda otra que vivirla al 150%, aunque eso acabe significando viernes de película ñoña por el cerebro frito tras el intensivo alcohólicoemocional del jueves, y sábados maratonianos de estudio.

Estar en casa, asegurar la supervivencia del nido, y dedicar todas las fuerzas a seguir construyendo. Acabada la fase de limpieza (todo lo que resta, fuera), empieza la fase de artesanía (crear cosas que duren).

Así que todo lo que no sea fácil, se queda fuera.

I'm not in love, but I'm going to fuck you till somebody better comes along.

O eso espero. No tengo tiempo, ni ganas, de más.


10.2.11

I don't love anyone - you're not listening

Hablo con mi psicólogo de mi vínculofobia, largo y tendido. Supongo que se aprovecha un poco de que le haya dejado tan en bandeja y con su papel de regalo un ejemplo perfecto para corroborar su última teoría, que viene a ser un desplazamiento horizontal del freudianismo de lo más curioso pero que, al final, funciona.

El rollo viene a ser, nada muy original: cuanto más lejos, menos daño. Porque, estadísticamente hablando, la gente que he tenido cerca ha sido tremendamente peligrosa en una inmensa mayoría de casos.

Hablo con mi Tito-Director (me parece muy estupendo usar este nick, precisamente ahora), sobre el cinismo. Lo necesario que es y lo que desgasta. Probablemente no tiene ni el menor sentido lo que decimos, porque debería ser o necesario o demoledor, pero no sirve para nada si es las dos cosas.

El caso es que pensando en la llamada a mi madre, en el ycuandoestásbienqué, en cierta capacidad de levitar recién descubierta, pienso que ser de algodón de azúcar mola mil pero ser de piedra tiene que ser la bomba.

Porque el caso es que incluso cuando nadie quiere hacerme daño me lo hacen. Si no digo que la gente sea mala (no ahora. Igual históricamente, mucha de ella, sí). Digo que tengo una capacidad descomunal de entender las cosas como no son, y de sentirme rechazada, repugnante y odiosa a la mínima. Incluso cuando hay una explicación razonable para las cosas que pasan, a mí me sigue pareciendo, navaja de Occam en mano, que es mucho más lógico pensar que era irracional pensar que quisieran pasar tiempo conmigo. Que es no tener ni puta idea de para qué sirve una navaja de Occam, probablemente.

La cuestión es que si habitualmente me agarro/agarraba a lo que mola el columpio, conforme va pasando el tiempo estoy cada vez más convencida de que no quiero ser cínica, sino psicópata; y no quiero decir barbaridades, sino ser una bárbara.

Y que quiero coger a todo el mundo e instrumentalizarlo y a tomar por culo la bicicleta.

Porque cuando floto, mola. Pero cuando duele, es jodidamente insufrible.

28.8.10

Desconexión

Después de quince días, consigo volver a conectarme en un sitio tranquilo, donde puedo fumar, con un ordenador que me entiende. Que cuando le digo "r" me sugiere cosas que me apetece leer, cuando le digo "c" me hace un huequito para que escriba. Cuando no sé qué decirle, me recuerda que tengo cosas que hacer en el banco y me propone un par de series para ver.

Sin embargo, por bien que me conozca, es Saskia, y no Ginger. Y cuando le digo "e" no me lleva al congreso de septiembre, y no sabe quién me ha escrito recientemente, y no se ha enterado de que estuve en Oporto, y etc., etc.

Por otra parte, pulso "f" y me pierdo entre todo lo que la gente ha estado haciendo las últimas dos semanas; y el Reader me advierte de que tengo más de 1000 elementos sin leer, y en mi bandeja de entrada de Hotmail hay cientos de correos indeseables (y ni rastro, claro, del deseado).

Como este año me he vuelto una pedante, en vez de agobiarme a secas, me agobio con Gergen y con Giddens. Me da un poco de miedito pensar en cómo cambian las cosas en los tres meses que hace que cambié de portátil; incluso, en cómo han cambiado en tres semanas.

Porque han cambiado, y me importa bastante poco si la gente se da cuenta o no. Yo me doy cuenta.

Todos mis planes a corto plazo son en solitario, salvo, quizás, un par de cenas. Harta, hartísima, de histeria social y de procrastinación. Me siento centrada y no quiero que nada ni nadie interfiera en todo eso. Porque hay mucho camino por andar. En varias direcciones. Y mis energías, son para mí.