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2.9.10

Autonirianálisis

Desde que me he vuelto psicoanalítica (y aunque me avergüence reconocerlo, la relectura de este libro tiene mucho que ver), me ha dado por prestar atención a lo que sueño. Como suele ocurrir (ya saben que Murphy no descansa nunca), he empezado a olvidar las cosas que sueño inmediatamente, cosa que en mí siempre ha sido rara. A pesar de mi chute de citas sobre el mundo onírico made in Benjamin, me falta conocimiento psicológico para decir con una cierta autoridad que estoy intentando explicarle a mi inconsciente que en el despertar debe hacer el puñetero favor de ponerse de acuerdo con el consciente para encontrar un punto medio revelador, pero bueno, por ahí van los tiros.

El caso es que hoy he amanecido a las mil, por primera vez desde que me fui de vacaciones, a pesar de haber estado desde que sonó el despertador (que yo recordaba haber apagado) reproduciendo y continuando una pesadilla de lo más extraña, que incluye la incorporación de miedos ajenos, la preocupante constatación de que mi subconsciente no sabe que he tenido una prima hace un año y medio y la confunde con otros miembros de mi familia, y todo un artefacto simbólico en torno a la etiqueta femenina en las bodas, donde los sombreros y tocados de colores brillantes eran las muestras palpables de estar rodeada de demonios, y donde las señoras mayores usaban guantes verdes tranquilamente (enorme vulgaridad, como nos recuerda  la genealogía del programa de la Lomana).

En medio de este caos y este ambiente hostil, la Chica India, con toda su firmeza característica, me obligaba a buscar colillas por el camino a nosémuybiendónde, sólo para que yo descubriera que estaban mojadas, me daban asco, y en realidad prefería dejar de fumar.

Entre las conclusiones, la sensación de estar acertando el camino. Es curioso poder reinterpretar una pesadilla a la luz del día y contactar con los sentimientos que una se niega. Después de ene sesiones de terapia, un mes y medio de vacaciones me ha colocado en el lugar donde se suponía que tenía que estar. Un lugar desde donde tengo perspectiva suficiente para valorar las malas influencias en todo su potencial dañino, elegir mis propios referentes, tomar mis propias decisiones y, en la medida de lo necesario, alejarme de ciertas zonas peligrosas para colocarme allí donde las vistas son mejores y se puede reconstruir un sistema de valores que sirva para una vida agradable que no tiene que ser ni compleja, ni dolorosa.

Keep going.

16.3.10

Una simple formalidad administrativa

Ayer, el Rey del Laboratorio me hablaba de las parrilladas en la universidad, y me sorprendió que todo surgiera el año pasado. Pensaba que tenía una cierta tradición. Como dijo él, la tiene, la tiene. Estuvo tan bien, que la tiene.

Yo soy bastante así. Meriendo dos domingos en el mismo sitio o ceno dos lunes en otro, y automáticamente en mi cabeza quedan institucionalizados. Y es que me declaro adicta a la mayor parte de las cosas que me gustan mucho, aunque sólo sea una vez.

Ayer estuvimos comiendo en el HD (ya van dos veces. Peligroso camino hacia la tradición). Por fin Blue conoció a la Rubia, por fin la Chica Asturias tiene su préstamo en camino, por fin mandé yo mi fax para que el mío se ponga en marcha. Incluso, por fin he cambiado la matrícula. Eso sí, ahora no sabemos qué va a pasar porque con el jaleo tan espantoso que han supuesto las últimas semanas, se me ha olvidado completamente lo de mi alegación de beca y tengo que interponer un recurso de no sé qué no sé dónde. Una de esas maravillas del papeleo. Hablábamos, en la comida, de tesis y becas de investigación y de traslados al extranjero; pero cada vez parece más complicado. Cansancio, como siempre.



Y un poquito de bajón, en realidad. Ayer, la Chica Asturias tuvo a bien preguntar qué planes tenía con el Rey del Laboratorio. Mi respuesta vino a ser algo del tipo de "dejar de verle el 19 de junio, como a vosotras, como a todo el mundo". Desde que dijo el otro día que quedaban 30 días de clase, no hago más que ver cómo se me escapa entre los dedos un año que está siendo fantástico.

La Rubia, tremendamente sensata como de costumbre, dice que deberíamos disfrutar estos tres meses en lugar de preocuparnos por los meses siguientes. Yo, de hecho, tengo de paro casi un año, así que oficialmente no debería preocuparme. Pero el caso es que te preocupas. Salen oposiciones, quiero inscribirme, pero son más papeles. Dios, cuántos papeles pueden llegar a formar parte de la vida de uno.

Luego resulta que a veces no es tan difícil. Do not disturb va a Medina del Campo y lo seleccionan. Todo es ponerse, la lotería no toca si no juegas, etc. Pero, ay, ponerse. Ponerse es ser sensato, llevar el horario que te marcan y no el que te cuadra, no consentirte caprichos. Y ahora que estoy aprendiendo a consentirme...

Ayer decía la Rubia que ella no era de sidras, sino de bebidas de colores. Igual debería hacer un bonito cóctel y combinar un poco mejor las categorías de mi Excel-TOC de organización vital. Procurar que la inercia no me devore. Marcar el minuto.