30.4.08

Quien no arriesga, no gana

Ayer, tuve que preguntarle a un señor vestido de vaca si sería posible que comprase un helado para evitarme una cola mayestática, pero su respuesta fue que en el día del cono gratis no se venden helados (lo cual muestra una coherencia estrepitosa nowadays). A cambio, conocí el Palazzo de Sol, así que si bien me quedé sin dinosaurios de chocolate, pasé un rato agradable en la Plaza del Carmen, sentada al sol.
Luego fui al psicólogo, aterrada como las últimas sesiones, con un discurso preparado que no utilicé; gracias a lo cual he descubierto cosas tan freudianas que son un poco aterradoras.
El Chico Escritor vino a buscarme y aunque pensé que iba a odiarme por destrozar su corto le encantó la nueva propuesta de final, y, señores, tenemos un cortazo. Ahora sólo queda escribirlo, conseguir el sí definitivo de Raúl Arévalo y Nacho Vigalondo, y que una productora ponga pelas. Total, nada.
La cosa se convirtió en una supernochísima relativamente tranquila, en la que nos pasamos horas hablando de cómo salir de la friend zone. Quizá no debía haberme tomado la última copa, pero en vez de terminar triste, terminé alelada. Lo cual ayuda mucho a la hora de dormir y no tener ansiedad.
Esta mañana, reanudo con paciencia jobiana la labor de vaciar mi ordenador, y consigo abrir el Outlook y leer su contenido, para encontrar que un profesor encantador acepta mi descarada proposición de seguir la evaluación continua fuera de plazo. Lo cual implica que ahora tengo dos trabajos que hacer en vez de uno antes de las siete de la tarde, incluyendo hacer la maleta, comprar la comida de los enanos, y varias cosas más que no recuerdo pero que anoche apunté prudentemente en la agenda del móvil. Pero al menos no me obliga a ir a un examen en el que me pregunten si fue antes el SGML o el WYSIWYG, cosa que se agradece bastante.
Así que me siento toda una ganadora a pesar de mis pequeños fracasos. Ea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace algún tiempo leí una frase que me vino como anillo al dedo: "Quien tiene miedo a sufrir ya sufre el miedo". Será porque ya estaba predispuesta al cambio (seguro) pero la verdad es que pensé que estaba claro... quien no arriesga, no gana. Tienes toda la razón del mundo.

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