9.4.08

Dormir...

Esto es una locura. Se supone que he vuelto a pedir la baja porque no podía más. Porque me comía las horas y los minutos se me comían a mí. Porque necesito descansar.
Pero tengo tantas cosas pendientes que no hay manera.
Hoy, al menos, he dormido. Pero luego he pasado la tarde poniendo en orden mi casa (dios, jubilación para las amas de casa YA), no he podido ir a baile porque coincidía con la hora del médico (ya es maldad), y mañana que tenía programada la tarde de orden mental y físico (psicólogo+fisio), me llaman del fisio para decirme que me cambian la hora, que a la una y media. Tengo que ir a Pontones a echar el rato para que mi señor psiquiatra se digne verme cinco minutitos en algún momento de este mes, y una bolsa de ropa que tengo que arreglar para dejar de verme cosiendo bajos en plan espídico los domingos por la noche. No tengo comida en casa.
Quiero una asistenta. O una mamá.
Y mañana tengo que entregar el trabajo para el que me he tenido que enfrentar a la mayor hoja de Excel jamás vista por el hombre, y en estos momentos, sinceramente, el sector de bebidas refrescantes me la trae total y absolutamente al pairo.

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