2.11.08

Rendirse es de cobardes

He visto pocas cosas más entrañables que a Cactus, un conejito de kg. y medio, enfrentándose con uñas y dientes (literalmente) a una librería Expedit, procurando despegarla de la pared para recuperar su cueva de jugar.
Todos tendríamos que ser un poco así.

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