La temporada festivalera sólo tiene un pero: se acaba. Se acaba sin Sonorama ni Ola! porque estamos en Ibiza, se acaba con muchas sonrisas y mucha nostalgia y muchas ganas de que empiece la del año próximo.
Se acaba dejando perlas como "estoy de vacaciones y hago todas las sinalefas que me salen de los cojones", la Chica Úbeda en modo repeat con "Ha sido uno de los mejores findes de mi vida", las listas de cosas para mejorar el año próximo porque esta cita cada vez es más ineludible, noches jugando a tener quince años con los niños de la fuckultad persiguiéndonos y casi meándonos encima, croissants con nocilla en los dobles bolsillos de bolsos y pantalones, una espalda hecha trizas del acogedor sol alburquérquico, fotos de una piscina donde la presentina abunda, ideas para decorar nuestro coche el próximo año, botellas de Brugal kamikazes que explotan al recogerlas, el tinto de verano como bebida oficial patrocinadora del ídem, las lecciones sobre el eyeliner, nuevos idilios (muy especialmente con Factodelafé), consumación de idilios oficiales (Guille Milkyway es aún más encantador cuando dice "no sufráis por mí si me tropiezo o me desmayo"), y una frase que debería ser un mantra:
"Cerrad los ojos. Todos. ¿Ya? Pues sonreíd, que nadie os mira".
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
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