Me enamoro de un libro a pesar de la lectura espídica. Hago otra lectura más espídica de un montón de textos sin pies ni cabeza que, además, no usamos. El Sociólogo Renegado ha cambiado el chip de adóndevamosallegar así que ya podemos hablar de seminarios y quejarnos por el cambio de horario indefinido del segundo cuatrimestre. El Chico Samba me ofrece una conversación que no tenemos (regodearse en la ansiedad, para qué). Comemos napolitanas de york/queso, como si fuera primero de carrera y estuviéramos en la puerta de Biología. Comentamos el libro del que me he enamorado y el comentario no me gusta nada. Hablamos de flequillos y de romanidad y yo sigo apuntando temas de trabajos para regalar. Nos enteramos de que estamos al final de la lista del maldito PRU y en vez de recordar que tenemos que sellar la matrícula, pensamos que mejor si no nos dan nunca ese dinero. No llueve. Es jueves. Y los jueves, se sale. Siempre ha sido así. Afortunadamente encuentro dos compañeras de viaje kamikaze, así que la Chica Mariposa, la Chica Casi Trilingüe y yo nos vamos al bar que se está institucionalizando.
Tomamos vino como chicas sofisticadas. Hablamos de elevar a la masa a la alta cultura en vez de democratizar la alta cultura. ¿Existe la alta cultura, a día de hoy? ¿Existe la cultura de masas, a día de hoy? El rollo venimosdirectasdelmaster nos dura más o menos tres vinos. Luego el camarero interrumpe con una especie de discurso inconexo sobre la españolidad y nos reímos tanto que se nos va el santo al cielo, y hablamos de canarios y de andaluzas y de militancia política. Llega el Chico Escritor. En algún momento hemos perdido la cuenta de los vinos, porque sesentaytantos euros no es una cuenta normal, no a estos precios. Hace unas cuantas rondas que la Chica Casi Trilingüe pidió la última. Ya no hay metro.
Así que bajamos andando al Bukala. Entramos en un bucle decadente tipo Warhol's. Se me cae la copa al suelo y un prototípico intelectual muy mayor que parece haberse caído de la cama de su ático parisiense me ofrece mediar con el camarero para que me den otra. Yo creo que no debería tomar otra y además no sé cuánto hace que no tengo pasta. Y sin embargo, al final me tomo otra. El sitio está lleno de personas con identidades sexuales bastante confusas. La Chica Casi Trilingüe se convierte en el objeto de una discusión absurda en una pareja gay, que la Chica Mariposa alimenta sin saber muy bien cómo. La Chica Mariposa hace preguntas muy curiosas a las que al menos puedo responder sinceramente. Debería ser abanderada de la sinceridad suicida, por otra parte.
El tema es que el Chico Escritor ha dicho, hace horas, que habría que emborracharse. Luego se desdijo, cierto, pero la idea está latente. Tanto, que acabamos en el Honky tras un taxi de esos de los de escribir diálogos de películas. Lo que tiene que flipar un taxista los jueves por la noche. Acabo pidiéndole disculpas, incluso.
La Chica Casi Trilingüe me lleva a la entrada del piso de abajo y me plantea tres ideas fundamentales y lamentablemente, creo que estoy de acuerdo con las tres. Y qué vamos a hacer, ahora que lo sabemos.
El Chico Escritor está tremendamente divertido. Como si no estuviéramos enfermos ni ansiosos ni nada similar. Cantamos himnos aunque el DJ tiene un repertorio de mierda con el que me paso enfadada por lo menos dos minutos, antes de pensar en cualquier otra cosa.
Hace horas que no entiendo cómo podemos estar pasándolo tan bien.
La Chica Mariposa tiene un pronto de desubicación que acaba llevándola a mi casa. "Si te abrazo o te pego, lo siento; yo duermo así". Exactamente igual que yo, así que ni tan mal.
Momentos absurdos de dóndeestoyyquiénesestapersona de los que me río dosmil más uno. Nos reímos dosmil más uno en general. Una de esas mañanas de mequieromorirperovaliólapena.
Y en cuarenta minutos debería salir de casa para ir a Somosaguas. Uff. De pronto parece que habría sido mejor plan tomar esas cañas de miércoles con el Chico Trotskista, y ser medio persona en estos momentos. Pero no.
Qué bien lo pasamos cuando somos pocos y selectos.
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
3 comentarios:
Ni tan mal :) ¡Cuánto me divertí ayer por la noche y qué bonito reir agonizando pasado el medio día! ¡Que vivan los Jueves!
Uf, la final me vais a dar envidia y me voy a apuntar, al menos a uno, que yo también quiero ser exquisita y tomar vinos, hablar y reirme, que falta me hace a veces pq mis jueves se parecen demasiado a mis lunes, martes y miércoles.
Eso espero, pequeña. Uno no hace daño ;)
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