17.1.10

A Vespa no le gustan los Layabouts. A mí no me gustan mis trabajos. A ratos, especialmente si los aderezo con Bohannan, sí, pero casi todo el tiempo no. Mis lecturas de desconexión son Aristóteles y Mauss, y luego tengo la osadía de preguntarme por qué estoy agobiada todo el rato. Dónde está Sherlock Holmes cuando se le necesita.
Todo intento de escapada es bueno. Insistentes preguntas a la Chica Líquida, conversaciones telefónicas con el Chico Cósmico y con Mi Media Infancia, ataques epilépticos del navegador cuando me escriben por el chat del Facebook. Fregar los cacharros. Incluso, coger toda mi neurosis obsesiva con el Chico Casi Morado y ponerla seguida, en tres páginas bastante dignas, que hasta me atrevo a releer.
Mira qué bien. A costa de no hacer teoría, he conseguido volver a hacer literatura.
Preguntas absurdas sobre organización de mi tiempo que se resolverían simplemente haciendo algo con mi tiempo aparte de colocarlo y descolocarlo.
Cómo necesito esa colleja, madre mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Habla tú también. No dejes que esto sea sólo un monólogo.