A Vespa no le gustan los Layabouts. A mí no me gustan mis trabajos. A ratos, especialmente si los aderezo con Bohannan, sí, pero casi todo el tiempo no. Mis lecturas de desconexión son Aristóteles y Mauss, y luego tengo la osadía de preguntarme por qué estoy agobiada todo el rato. Dónde está Sherlock Holmes cuando se le necesita.
Todo intento de escapada es bueno. Insistentes preguntas a la Chica Líquida, conversaciones telefónicas con el Chico Cósmico y con Mi Media Infancia, ataques epilépticos del navegador cuando me escriben por el chat del Facebook. Fregar los cacharros. Incluso, coger toda mi neurosis obsesiva con el Chico Casi Morado y ponerla seguida, en tres páginas bastante dignas, que hasta me atrevo a releer.
Mira qué bien. A costa de no hacer teoría, he conseguido volver a hacer literatura.
Preguntas absurdas sobre organización de mi tiempo que se resolverían simplemente haciendo algo con mi tiempo aparte de colocarlo y descolocarlo.
Cómo necesito esa colleja, madre mía.
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
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