2.1.10

Estamos fenomenal de lo nuestro

El año nuevo entra sin alardes, como de puntillas, como si no quisiera molestar. Empieza por quitarnos esa tormenta de la tarde, por hacer de los cajeros una excusa para reír y no un sitio que da miedo, por traer a los amigos desde lejos aunque sea en 2D, por hacer que todos seamos conscientes de la suerte que tenemos de estar juntos.
Una noche más tranquila pero mejor de lo que se nos habría ocurrido planear, abrazos y conversaciones además de brindis y bailes, romper con los discursos negativos, remolonear en lugar de ir a las comidas a las que no quieres ir, recuperar a los primos perdidos, una gran charla con la tía Becky, un apacible concierto y un entretenido postconcierto con la desoladoramente talentosa familia del Chico Escritor, y un ratito en Malaspina, y...
Cuando me quedo sola en el búho, pienso que Madriz es una ciudad realmente bonita en invierno. Y que este año y yo vamos a llevarnos bien.

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