14.1.10

Reniego de Peirce

El mitólogo vive la acción revolucionaria sólo por procuración: de ahí el carácter de prestado que tiene su función, ese algo de un tanto rígido y un tanto aplicado, de confuso y de ex­cesivamente simplificado que marca toda conducta inte­lectual que se funda abiertamente en lo político (las literaturas "no comprometidas" son infinitamente más "elegantes"; encuentran su lugar adecuado en el meta-lenguaje).
(...)
El mitólogo está condenado a vivir una sociabilidad teórica; en el mejor de los casos, ser social, para él, es ser verdadero: su mayor sentido social reside en su mayor moralidad. Su relación con el mundo es de índole sarcástica.
(...)
La cópula tiene aquí un sentido exhaustivo: para ese hombre hay una noche subjetiva de la historia en la que el futuro se vuelve esencia, destrucción esencial del pasado.

(Barthes - Mitologías)

Lamentándolo profundamente, contra un señor así todo el rigor y la honestidad teórica del mundo no tienen nada que hacer.

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