30.1.08

Como si estuviera atada

A veces, eso es cierto, la sinceridad tiene recompensa. No pensé que mi jefa la Inabreviable fuera a reaccionar así de bien. Mi madre no quería que se lo contara. Pero llega un punto en que estoy cansada de mentir. Somatizaciones, sueños imparables. Lo que tengo es lo que hay. Tengo un ataque de ansiedad tremendo y mucho, mucho, mucho miedo. Y creo que ya sé lo que es. Son las reuniones. Compruebo, calendario en mano, mis últimas escapadas. Son las reuniones. Ahora lo que quiero saber es por qué, pero eso ya no corre prisa. "No tenemos nada urgente". Es falso, porque la política de urgencia es la que reina en nuestro pequeño y marketiniano país. Pero igual que la sinceridad, la empatía tiene recompensa. Si ahora ella va sola a la reunión, esta tarde la valenciana tendrá su artículo, claro que sí.
In the meantime, necesito dormir para despertarme de otra manera. Qué tremenda angustia, eso de tener ansiedad inhibidora de la acción. La falta de costumbre.

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