Desde que han empezado las vacaciones, he conseguido una fiesta espectacular que me ha puesto el ritmo circadiano patas arriba, una noche de insomnio absurda por culpa de dos cafés estupendísimos (a cada uno, lo suyo), una tarde familiar, un traslado de muebles, y tener todo el despacho lleno a rabiar de cosas con las que no sé qué hacer.
Me molesta darle la razón a mi madre, pero la tiene: soy, como mi padre, una de esas personas que para ordenar, necesita desordenar primero.
La Rubia hace una lista de deberes para las vacaciones de las que mi psicólogo dice que no haga. Las mías van aún peor. Mi agenda del móvil y mi agenda física no se parecen entre sí y están llenas a morir.
Pero, al menos, empiezo a dar pasitos adelante. Supongo que dentro de diez días las cosas tendrán otro color. Desordenemos la vida para ordenarla luego, o algo así. Y sobre todo: dejemos, por dios, de hacerlo todo tres días después de lo que pensábamos. Que así no hay manera.
Saturday night (lirirarará)
-
En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
4 comentarios:
Yo de aquí a quince días tengo todo el tiempo libre del mundo. Demasiado :-S
Si quieres me puedes pasar alguna tarea :-P
creo q es bueno desordenar para luego ordenar..yo tb lo hago.
y tb me acuerdo de tu buhardilla
Esscribes con tanta soltura.. no te da miedo repetirte, admiro eso. Un consejo? Habla de cosas cotidianas, en las k la gnte opine lo msmo. tienes talento. desonrando por todo lo alto la lngua castellana: Muaks pa ti!!!
Vaya, gracias :)
Publicar un comentario
Habla tú también. No dejes que esto sea sólo un monólogo.