La culpa la tienen Vespa, y la insistencia en hablar de mímesis todo el rato. O el frío y mi pijama de forro polar que me desea dulces sueños lo mire por donde lo mire. El caso es que desde el pasado sábado, no puedo dejar de dormir. Me despierto a la una y media y cuando vuelvo de comer me echo la siesta. Y a estas horas ya estoy pensando en cenar rápido y meterme debajo del edredón. Y las listas, pues ahí se quedan. Intactas, al menos tampoco crecen. Igual hasta el psicólogo vuelve a felicitarme. La Rubia, por lo menos, piensa que está todo bien. Que cuando uno se pone procrastinador, está procrastinador, y que es mejor romper el bucle. Así que duermo, duermo, duermo. Espero que cuando me despierte del todo (probablemente, a estas alturas de la semana que viene), me vuelvan mis súperenergías anfetamínicas. Que no sólo de soñar despierto vive el hombre (aunque reconozco que mi plan se va cumpliendo de a poquitos y que molan los pájaros en la cabeza...).
PD: Al menos he sido sincera conmigo misma y me he quitado de la comisión del CdeC. Ya era hora. Como si estuviéramos creativos, o algo...
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
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