17.12.09

"Vamos, valiente... Salta por la ventana"

He tomado una resolución. Como socióloga probablemente no seré nunca nada por encima de mediocre. Como semiótica, me quedaré bastante por debajo de eso, porque en realidad creo que no me termina de convencer como enfoque. Pero la publicidad se me daba bien, o eso creo. Así que me voy a crear una marca personal. Y como ya desde la primera clase hubo quien dijo: "he identificado a la voz disonante"; como mis compañeros todavía no tienen claro si soy una feminazi o un machista encerrado en un cuerpo de mujer; como cada vez que hablo me salgo por la tangente; como una de mis profesoras dijo: "retiro eso de que estás mentalmente sana", he decidido que lo que mi público reconoce es la polemización. Sobre nada, eso es lo de menos. Juguemos a Gorgias.

Así que acabo de terminar mi primer trabajo kamikaze. A pesar de que esta mañana me sentía bastante más razonable que ayer, al final creo que no he sido suficientemente sensata y que las modificaciones que he añadido no dejan de ser retoques estéticos; y que sigue siendo una barbaridad de comentario. Por otra parte, es una barbaridad de comentario a un anuncio aberrante, así que es probable que no sea del todo incoherente...

Y de pronto me siento fuerte y como he descubierto recientemente que lo que yo pensaba que era el Ensayo sobre el don sólo comprende las 22 primeras páginas, me acabo de descargar nada menos que un facsímil de la edición original en francés. Igual, hasta me la leo. Total, todo es ponerse, eso es lo que hemos aprendido, ¿no? Quién nos iba a decir a nosotros que íbamos a dar a Beck por sabido antes de que llegase navidaz. Y sin embargo, lo hemos hecho.

Así que claro que podemos: con los tres trabajos súbitos que hay que hacer para la asignatura de la mujer que nos dio sólo tres clases, con la presentación de proyectos de investigación sin saber en qué consiste exactamente un proyecto de investigación, y con lo que haga falta. Como en el examen de conducir, cerraremos los ojos y veremos dónde se pone el coche, y esperaremos fervientemente no haber agotado toda la suerte que nos tocaba en el curso 2002-2003.

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