2.4.10

Gafapasta impostada

Los días de vacaciones tienen esta pinta. Levantarse, mirar alrededor, encender el ordenador, pensar en elegir un libro, ser incapaz, abrir un documento de Word, pretender encauzarlo, no saber escribir algo coherente, y decidir meterme en la cama con Murakami. Ese libro que mi padre consiguió que me leyera a pesar de mi estrés argumentando que "los malos son semióticos. Es casi como si estuvieras estudiando". Al final la efectividad tiene menos que ver con el argumento que con la predisposición, qué duda cabe.

Para variar, tengo unos sueños espantosos (qué alivio, ayer, soñar contigo. Y que pidieras cosas que no podían ser y que contestases a mi cara de descolocada con un "lo importante era pedírtelo", como si estuviéramos en la penúltima escena de Alta Fidelidad). Leer cosas sobre manipulación de la estructura cerebral en tu tiempo libre no ayuda nada, porque aunque lo llamen novela, yo me siento así. Con un pensamiento distinto, categorial, adscrito a grandes teorías con las que no sé si comulgo y que de hecho no sé si se parecen a la imagen mental que tengo de ellas.

Estoy cansada de pensar. El tema es ese, que no es una cuestión de dormir, o de dejar de hacer, o de hacer distinto. Es que me cansa la forma en que últimamente funciona mi cabeza. Me aburro hasta a mí misma, además de haber conseguido dejar de entenderme con los demás. Luego hay ratos, claro. Una revelación en una nota al pie, o una sesión de seminario que vuelve a producirme ganas de investigar aunque se me pasen enseguida. Una conversación entre cañas de las que se aprende más que en algunas asignaturas. Esas cosas. Pero no tener un conmutador que me lleve de ahí a un pensamiento encantadoramente banal, eso es lo que agota.

Acompaño al Chico Escritor a la fiesta mensual de los Zumbas. Él y su amigo hablan sin parar de cortometrajes que no he visto y que tampoco sé si tengo intención de ver. En cierto sentido, es un alivio. Sentirme tan indocumentada y sin ninguna angustia de saber. "Pero sí sabes quién es Chapero-Jackson, ¿no?" "De nombre, por supuesto. No se trata de saber lo que estás diciendo, sino de que lo parezca. El gafapastismo es lo que tiene".

Blue decía hace unos meses que acumulo cantidades industriales de conocimientos. Que no soy consciente porque no van en una sola dirección. Puede que sea eso. El otro día le decía al Chico Trotskista que no tenía mucho sentido hablar de cosas que ya sabes, porque entonces no aprendes nada. Pero igual me equivoco. Es probable que no tenga mucho conocimiento en profundidad de nada en concreto. Me pregunto cuántos cortometrajes habré visto en mi vida. Considerando el ambiente en el que me muevo, muy, muy pocos.

Pero es que ese ya no es mi ambiente. Es que pienso en postproducciones y me agoto. Pienso en preproducciones y me rindo antes de empezar. Sueño despierta con volver a escribir, pero no tengo muy claro que sea una aspiración real, que me compense.

Lo bueno es sentir que no lo necesito. Todo lo que sea no necesitar, es bueno. Hablamos con la Chica Que Hace Escalas y está en modo místico. "Disfrutar de esta conversación, ahora. Se trata de eso".

Ya lo creo. Iletradamente, incluso desde el cansancio y el débil sentimiento de culpa llamando desde el fondo de un túnel como si le fuésemos a dejar entrar. Disfrutar de esa conversación. Reírnos de lo absurdo de conocer a la Chica de la Sílaba Flotante. Agradecer que las farolas estén exactamente donde están. El resto, mañana.

2 comentarios:

elchicoquequeriaserbreteastonellis dijo...

Estoy muy orgulloso de ti, aguantaste a la perfección el papel de novia-que-tiene-que-aguantar-a-los-amigotes-y-sus-conversaciones-interminables.

Y sin ser novia tiene mucho más mérito, claro :P

La Chica Que Hace Escalas... qué mujer. ¿De qué planeta viniste?

La abajo firmante dijo...

Muchas gracias, caballero. Se valora el reconocimiento. Aunque con ese sólido 8 me daba por contenta :P

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