Volvamos a Steve Jobs en Stanford. Algo tendrá que decir, cuando lo ponen todo el rato. Pueden ustedes pasar directamente a la segunda parte, cuando acaba de unir los puntos y empieza a hablar de experiencias cercanas a la muerte. De vivir como si fueras a morirte porque un día cualquiera te das cuenta de que, efectivamente, vas a morirte. Supongo que sólo unos pocos privilegiados (a los que también podríamos llamar frikis) pueden decir con sinceridad que si fuese el último día de su vida irían a trabajar, y tengo bastante claro que esto no iría a ninguna parte si nadie fuera a trabajar, pero aun así, me parece un concepto metafórico bastante válido.
El caso es que llevamos mucho tiempo viviendo como si ya fueran días de más. El Chico Escritor no para de echar de menos el vitalismo. Yo tengo una necesidad preocupante de cambio permanente para poder mantener la vitalidad, porque se me muere en cuanto se agota el entusiasmo de los principios.
Y de pronto, te mira un señor que no te ha visto en su vida, te dice que estás viva de puro milagro, suelta cantidades industriales de carbón (o algo parecido) en la bañera, y te devuelve a un mundo seguro en el que el calentador de tu cocina ya no es un arma mortal.
Y es entonces cuando se te sublevan todas las células del cuerpo. Porque, durante todo este tiempo, resulta que ese calentador era un arma. Yo diciendo que agradecía no tener un arma al menos una vez a la semana, y resulta que no sólo tenía una, sino que la estaba usando. Todas estas sesiones de sueño, incluso las náuseas (y las sesiones de especialista, y la papilla de bario, y todas las broncas de gente que no entiende que si no como no es porque haya decidido no comer), pueden ser de eso.
En realidad, es posible que Cactus no esté aquí por eso.
Pero no queda nada de rabia. Debería estar llena de rabia, debería patear cabezas y odiar a los caseros irresponsables que no limpian las instalaciones de gas en 25 años. En vez de eso, estoy sintiendo un alivio que me mantiene despierta aunque haya pasado dos días en un estado de tensión permanente porque una no puede concebir que sus ganas de vivir supletorias (a.k.a. El Chico del Entusiasmo) estén dormidas y vigiladas por médicos durante dos días muy largos, que probablemente no hayan sido dos días pero han parecido incluso cuatro.
El Chico del Entusiasmo está camino de su 2.0, la versión 2.0 del Chico Escritor resulta que ya está aquí, y la mía sólo tiene que desintoxicarse del monóxido de carbono inhalado durante un año.
Y entonces sí, volveremos a estar hambrientos y alocados. Ya lo veréis.
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
3 comentarios:
Pues si ves mi versión 2.0 por ahí, me la presentas, porque vamos...
ein???
pero entonces habéis estado con la instalación del gas fastidiada durante un año????lo flipo!!
Toda la vida, Marta.
Bret, si el médico lo dice, será verdad. Ahora sólo tienes que creértelo.
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