23.7.08

¿Por dónde se supone que iba yo?

Me releo y observo que la última vez que escribí aquí aún tenía pavor a la cyborg. Me hace incluso gracia. Lo que son las cosas.
Qué ha pasado desde entonces:
- He encontrado un nuevo mékido que con un poco de suerte averiguará qué tengo en mi rodilla derecha, aunque la resonancia diga que no se observa ninguna patología. (Por cierto: cómo mola repetir muy rápido la palabra anatomopatólogo) Como pille al hijo de perra que se saltó aquel semáforo, le cortaré una pierna. Lo juro.
- Saliendo de mi nuevo mékido, llamé a la Chica Poco de Fiar para decirle que no podía soportar más esa sensación de, en cualquier momento, empezar a hablar con el gotelé de las paredes de puro aburrimiento, y que volvía. La conversación fue un poco estúpida, la verdad...
CPF: Pues es que hoy tampoco me viene bien. Si quieres, nos vemos la próxima semana...
MNY: No. No puedo esperar más. Mañana voy al médico y el lunes vuelvo. Así que lo que tuvieras que decirme, hazlo ahora o calla para siempre porque va a ser peor el remedio que la enfermedad.
CPF: Sólo quería asegurarme de que podíamos facilitarte la incorporación para que no tuvieras otra recaída. No me gustaría volverte a ver destrozada en un par de meses.
MNY: A mí tampoco. No puedo soportar la idea de ver a la Cyborg, pero voy a intentarlo. Y si no, me iré. Hay más trabajos que lentejas...
CPF: Espera. ¿No te lo han dicho?
MNY: ¿Decirme qué?
CPF: La Cyborg se va a finales de mes.
En este momento, la pequeña minyacairiel empieza a llorar como un bebé.
CPF: ¿Qué te pasa?
MNY: Que en este preciso instante, en la totalidad del planeta, no hay nadie tan feliz como yo... Hasta el lunes.
Está muy feo alegrarse de las desgracias ajenas. Mi futura ex-jefa ya no se maquilla y se pasea sin gafas y con los ojos hinchados por los pasillos, fingiendo que no le molesta que cuando dice: "Me voy, estoy disponible en el móvil" nadie levante la cabeza, ni que pasemos de ir a las reuniones que convoca, ni que al final haya conseguido que vuelva a creer en que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio. Y, como le decía hoy a la Chica de las Sonrisas, "el mundo está tan lleno de putadas que cuando le pasan a alguien que realmente las merece, por lo menos un poco de alegría hay que sentir". Ea.
- El guión está terminado. Inmediatamente después yo he vuelto a trabajar y el Chico Escritor ha vuelto a padecer su Síndrome de Ojo Poco Veraniego, así que la cosa está algo en standby. Pero volveremos. Vamos a hacer una memoria de producción cojonudísima y a ganar el premio Bancaja para que Blue nos lo realice (sí, eso he dicho) y nosotros nos hagamos ricos y famosos. O por lo menos, podamos ir a algún festival a emborracharnos con los que sí que son ricos y famosos.
- Blue ha puesto las pilas al equipo de Mediocrity. Espero tenerme en una pieza audiovisual completa para que me veáis vestida de Marilyn en pleno Preciados antes de final de año. Estoy dispuesta, incluso, a montar Rayuela de Cristal como penitencia. He dicho.
- Mi jefa nueva es absolutamente fantástica. Tengo que encontrarle un nombre a su altura. No va a ser fácil. Porque es enorme. Es tan enorme que es como si la Chica del Fondo de Armario no se hubiera ido nunca. Esta siesta he soñado que nos íbamos a integrar con el IED en vez de con otra consultora y que me pasaba por allí después (a seguir ganando puntos para la beca del master de Moda y Comunicación que espero empezar en septiembre) y me preguntaban, ante lo cual yo sólo decía: "Como equipo, funcionamos. Los elementos perturbadores, ni nos rozan". Creo que tiene algo que ver con mi escepticismo ante la posible vuelta al departamento de la Mujer Duende.
- A pesar de ello, la jornada intensiva no está hecha para mí. Es divertido que cuando una se duerma su gerente sólo diga: "Qué susto, pensaba que te habíamos hecho algo y no ibas a volver más", pero el caso es que me duermo. Todo el rato, menos de noche, cuando debiera. El calor y la angustia del madrugón, sumado a las terribles pesadillas nocturnas (molan más mis sueños de siesta, cuando me encargan convertir todo Madrid en una obra de arte viva o me cogen de modelo en un trabajo del IED, o...), me lo impiden. Por culpa de mis cuatro horas de sueño diarias de las últimas dos semanas, he padecido un tremendo dolor de cabeza que me ha impedido ver a Eyescross en Galileo, al Chico Pez en el Geographic, y comprarle un regalo a mi compi para nuestra celebración cumpleañera conjunta de mañana en la oficina. Oh, fuck. Sometimes I hate myself.
- Esta última afimación no obsta para que pueda decir que he cambiado. Estoy resuelta a ser feliz, y para ello fundamentalmente cuento con la no-implicación y, por fin, me escucho a mí misma y a mis necesidades. Mi psicólogo está tan contento que no quiere llamarlo otra fase de euforia, sino un lento y constructivo paso adelante. Y yo me lo creo, ea.

Como esta tarde he dormido cinco horas, soy persona y tengo mucho que hacer, pero creo que, por fin, he vuelto.

Próximamente, más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oh... acabo de leer este post... quizás debería haberlo hecho antes...
Aish, madre, que me quieren realizando... espera, espera... que me da un algo...
Oish... qué alegría, qué alboroto, otro perrito piloto!

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