4.9.13

Meta

Me pongo en plan tozudo con el Parador de Montañas Rusas, porque para eso no he empezado la carrera, aún, y así como quería escribir la CasiSociología, ahora quiero escribir la AntiPsicología, y él me asegura que las cosas son de una forma y y las siento de otra, y ahora resulta que este blog me disocia mientras yo pienso que me centra.

Y yo me pregunto si es posible que quieres hemos escrito más con teclado que con bolígrafo vivamos la experiencia inversa. Porque yo siento más mío lo que escribo en unos y ceros que lo que escribo en tinta y papel. Más real.

Luego sigo releyendo tiempos inconexos y pienso que igual tiene razón. Pero soy tan tozuda que igual da igual que la tenga.

Porque, disociada o no, nunca he escrito mejor que en 2004. Me releo y me odio un poco, en general, como personaje, pero me admiro bastante, en general, como narradora. Juego con las palabras como si fueran piezas de lego hechas de plastilina. Monto, desmonto, retuerzo.

Hoy la Chica Úbeda me dice que se siente mal por no saber o recordar que existe este espacio, y yo pienso que tanto mejor. Que me gusta que en este rincón solo entren bots. Si ustedes quieren verme, señores, se pasan por mi casa, y tomamos algo en la terraza, y sonreímos.

Pero yo aquí estoy bien. Estoy MUY bien. Y de aquí salto por el balcón a la novela. Y eso es fantástico, digan mis nuevos manuales lo que digan.

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