31.8.13

La vida se escribe con Hache

- Estoy hablando en serio. Las cosas importantes, las únicas cosas importantes que existen en el mundo, se escriben con hache, y, por el contrario, se escriben sin hache las infinitas cosas que no tienen importancia.
- Explica eso -pidió Zambombo, interesado.
- No hace falta explicarlo. Basta con repasar el diccionario. Busca las cosas trascendentales, y sólo las hallarás en la H. Los "hijos", con hache; el "honor", la "honra", con hache; Dios ("Hacedor Supremo"), con hache; "hombre", con hache; la materialización de Cristo (la "Hostia"), con hache; la "hidalguía", con hache; el "habilitado", que es el que paga, con hache…
Hubo nuevas risas.
- Os hago reír, ¿verdad? Reír es lo más importante del mundo: y "humorismo" se escribe con hache…
- ¿Y comer? ¿No es importante comer?
- Ya lo creo… Por eso, los alimentos principales se escriben con hache: "harina", "huevos"… ¿Tiene importancia el día de mañana? No, porque aún no ha llegado. ¿Tiene importancia el día de ayer? No, porque ha pasado ya. Pero el día de "hoy", que es importantísimo, ya se escribe con hache. ¿Y hay algo tan importante como el "hambre"? ¿Y como la "higiene"?… Amigo se escribe sin hache, pero cuando es un amigo de verdad, entonces se escribe con hache, porque se le llama "hermano"… Un mineral conmocionó el mundo, fue padre de todo y creó la civilización: el "hierro". "Honradez" se escribe con hache…
Fermín hizo una pequeña pausa para agregar:
- Todos los símbolos de las cosas importantes tienen su hache correspondiente… "Hecatombe", o sea el siniestro máximo; la "hidra", lo más dañino; el "hada", lo más benéfico; la "hélice", que es lo que impulsa; el "hueso", que sostiene el edificio humano; "Hércules", que es la fuerza; "hermosura", que es la belleza; "horrible", que es la fealdad, con los superlativos de "horroroso" y "horrendo"; el "himeneo", que representa el matrimonio; los "himnos", que sintetizan el ideal patriótico de los pueblos; el "hogar", refugio de los que tienen la misma sangre… Y esa misma sangre, ¡tan importante!, es la "hemoglobina"… y cuando esa preciosa sangre se vierte, cosa gravemente trascendental, surge la "hemorragia"… El fuego se representa con la "hoguera" y el frío con el "hielo". Dos verbos imprescindibles, que personalizan el esfuerzo humano de muchos siglos, son "hacer" y "hablar". "Humanidad" se escribe con hache. Y la Humanidad dio un paso gigantesco cuando empezó a usar el "hilo" para confeccionar sus ropas. La altura mayor del planeta es el "Himalaya", y el primer médico, "Hipócrates", y el primer poeta, "Homero", y los mejores cigarros, los "habanos"… y ahí, en la moderna América del Norte, tenéis un río, que por sí solo ha creado un pueblo nuevo, una raza nueva, y que ¡naturalmente!, se escribe con hache; me refiero al "Hudson".
- ¿Y el valor? ¿El valor no es importante? -dijo Zambombo-. Y sin embargo…
- Cuando el valor llega a ser algo importante, nace el "heroísmo"; es como el caballo, ese simpático animal que también se escribe sin hache, pero que cuando es verdaderamente bueno, tiene hache, puesto que se le destina al "hipódromo"; y todo lo relativo al caballo es "hípico"… Al asesinato de un ser humano se le llama "homicidio". El…
- ¿Y el Sol?… ¡Sol se escribe sin hache! -interrumpió Dolly.
- ¡Ignorante! ¿No sabes que Sol es "Helios"? A veces hay que retroceder a la antiguedad para encontrar algunas haches destrozadas por el uso. El pueblo elegido de Dios fue el "hebreo"; el pueblo constructor y precursor, los "helenos", y el pueblo destructor y retrógrado, los "hunos". Y es importante la "Historia", que se escribe con hache, y cuando alguien ejecuta algo grande, se dice que ha llevado a cabo una "hazaña". ¡Pero, hombre! Si hasta las mejores barajas son las de Fournier, don "Heraclio".
Esta vez las risas se le contagiaron al camarero.
- Por eso -siguió Fermín- el amor, que no tiene importancia ninguna, se escribe sin hache. No debe tomarse en serio el amor… ¡"Amor" se escribe sin hache!… Hay que reírse de las cosas escritas sin hache…

Hay un montón de cosas escritas sin hache por ahí, a las buenas de dios, pero mis hamigos no hace falta que sean hermanos, son hamigos, a secas.

Son hamigos que saben confundir camiones de basura con gaviotas, que saben hacer que una barbacoa se cambie por un concierto y todo esté bien, que saben resumir un día en un JPG y quedarse mudos ante el "quiero ver las reposiciones", que tienen libros sobre cómo se comportan los conejos, que quieren leer libros sobre cómo se comportan los conejos, que saben apreciar una casa sin paredes, que te cuentan sin escrúpulos historias de tijeras, que te hacen olvidar que 8 años son solo 8, que te stalkean cuando pasan por tu barrio, que hacen magia y te producen ganas de trabajar, que tienen tanto arte que convierten cualquier material en cosas bonitas, que viven en un permanente santodecirsí, que te mandan postales con sellos de conejos, que te regalan canciones, que...

Mis amigos, qué quieren que les diga, son hamigos, y con ellos es inmensamente complicado no ser feliz todo el rato.

Y el planeta entero, el que cabe delante de mis ojos, al menos, está lleno de hamor.

30.8.13

Los jueves son los nuevos martes

- ¿Os vais a emborrachar?
- Yo NO.

Mal humor y estrés y soy mucho mejor persona cuando no trabajo.

Pero de pronto son las 4 y 10 de la mañana y ando mandando Whatsapps de "no me puedo quejar" a Mi Media Infancia, que no para de llamarme mujer alfa, y es muy divertido.

"Que bajen las luces y suban la música". Así se puede resumir todo lo que le pedimos a la vida, señores. Otro minipunto para la Sobrina Fantabulosa, que ayer nos autodenomina La Extraña Pareja, y es que no podemos pegar menos pero mi vida hoy sería peor si no la hubiera escuchado, y la Chica PinUp me enseña que tener lagunas es bueno, porque "laguna" es amigo, nada menos.

Será por eso, pero desde luego esta mañana soy un barreño de entusiasmo intentando cubrir lagunas.

- Flashes. Buenos.
- Flashes buenos. Buenísimos.

Se nos va a gastar la cara de sonreír y hasta el Chico Bífido está simpático y adorable y quiero abrazar a todo el mundo, nivel acabar la noche subida a los dos metros del Chico Gigante y no tener miedo.

Porque a veces los problemas de confianza desaparecen. "Trust is not one of my biggest assets", sin duda, pero ni falta que le hace, porque de vez en cuando simplemente estoy bien.

Lo cual casa un poco mal con esta estúpida tendencia a llorar cuando bebo que vengo desarrollando. Pienso que quizás el alcohol me invierte, y que cuando estoy mal y bebo todo es fantástico y de pronto cuando estoy bien y bebo, pues lloro, y pienso todo el rato en Primo #1 y tengo que comprarme al menos unas patatas en el Bocata Vip, porque hacía mucho que no pasaba frente al Bocata Vip.

Pero podría acostumbrarme a lo bien que terminan las llantinas últimamente.

Flashes maravillosos, en fin.

29.8.13

Septiembre: prolegómenos

No iba a ser agosto, no. Simplemente, no se puede trabajar después de un despido mental. Llego a la Gruta convencida de que me voy a portar bien, de que hoy casi no se me nota que llevo una semana peleándome con el insomnio (y con la adicción al Animal Crossing que sospecho que lo provoca), de que voy a ponerme los cascos y que voy a quitarme de en medio todas esas cosas que me persiguen hace un mes, y no.

Porque llego a la Gruta y tomamos café y la Sobrina Fantabulosa saca una botella de überJäger (ya aprenderé cómo se llama esa mierda) y porras a ver cuánto tarda el Chico Speed en volverse loco, y porras a ver cuántas veces se suspende la Reunión, y discusiones de dCode.

La Gruta mola muchísimo para todo lo que no tiene que ver con trabajar.

Hace semanas que escribo como no escribía hace años, pero es abrir los blogs de los clientes y me pierdo, y me quedo en blanco. Paso en Facebook más horas que en mi vida, pero hay algo en mi cabeza que convierte cualquier intento de benchmarking en un ataque de procrastinación MUY serio. Los clientes me agradecen que les persiga, pero en realidad no me persigo a mí. Hago mi curro y el de mi hermana y creo que no me da tiempo y en realidad estoy echando horas de menos y facturando horas de más y cerrando los ojos muy fuerte como si fuera Lykke Li en el vídeo de Sadness is a blessing.

Porque bailar en un restaurante rodeada de pseudopersonas que me miran mal me parece un planazo.

Until we bleed.

Me recibe esta mañana en la ofi un vídeo de la Gran Zorra (qué maravilla volver a sentirla tan cerca, tan presente; qué maravilla esa foto a lo Bugs Bunny en las fiestas, qué maravilla esa noche de terraza y ese estrenar mi sofácama en su nueva ubicación) sobre el éxito, la vocación y el esfuerzo; y consigue hablar de un montón de cosas que me molestan y aún así ponerme de buen humor, porque "quién quiere ser realista"; y de nuevo pensar en la conversación con la Chica Punk, y en lo maravilloso que es rodearme de personas que siguen, básicamente, a la patata.

Y pedir teléfonos para poder largarse y quedarse solo con los cafés y los jägercitos y los conciertos y los Whatsapps, y a lo demás, que le den.

Porque hace frío, y eso en mi mundo quiere decir que toca cambiar.

28.8.13

Welcome back to 2005

Ha pasado tanto tiempo que ahora soy mayor de lo que era el Chico Escritor cuando tenía esa manía permanente de recordarme que era mayor. Y yo no me siento mayor; no, al menos, en ese sentido.

Me siento mayor que mi yo de 2004 y 2005, sí. A diferencia de mi yo de 1996-1999, mi yo de los 2000 no me convence gran cosa. Patrones, patrones, patrones. Un montón de años de gritar permanentemente "nado sin manguitos" sin tener ni puñetera idea ni de cómo se lanza uno al agua, en primer lugar.

Muera el perro, no era yo; pero no, no era feliz. Parecía feliz todo el rato porque corría sin parar. Ser feliz y ser hiperactivo se confunden con demasiada frecuencia. Si hubiera sido feliz, no tendría ningún merito haber sobrevivido a 2007.

Pero sobreviví. Y lo que es más: al sobrevivir me he ido convirtiendo en una persona de la que podía haberme enamorado en 2004. Mi vinilo de Family en una mano, mi libro forrado de periódico (para ocultar que mi foto sale en la portada) en la otra; mi camiseta grunge, mi bolsa Bartleby, mis pantalones quetambiénsonmuybien. Las sonrisas frente a lo que leo. Me habría enamorado de mí hasta las trancas. Y sigo pensando que en 2004 lo mejor que tenía era el gusto (que no el criterio, ojo).

En 2005 el Chico Escritor no paraba de repetir que éramos muy guapos, y no, no lo éramos. Al menos, yo, con perspectiva, nos veo bastante feos. Pero, a cambio, ayer no se me caía de la boca que "somos valientes". Y sí, tengo la suerte de estar rodeada de gente muy valiente.

Y el Chico Escritor está a punto de casarse, y yo de dar el enésimo giro a mi vida, y todos estos años han merecido (mucho) la pena si hemos llegado hasta aquí.

Por el camino más largo, qué duda cabe.

Me apetece mucho empezar a echaros de menos

Hay semanas que se portan fatal, y no hay forma de vestirse sin pasar frío o calor, y todo parece inadecuado. Y sin embargo, septiembre está al llegar (como demuestra la vuelta de la Chica Punk, y las cuatro horas sentada con ella y la Chica Suiza; inicio de la llamada temporadadevisitas), y septiembre es muy prometedor, y eso está bien y es, desde luego, muy apropiado.

Ha vuelto la Gran Jefa Sioux, los manatíes estamos casi al completo (nos falta la sección Junior), hablamos de cañas los martes, cambiamos los cafés larguísimos por los cafés multitudinarios, el Chico Speed baja por las barandillas, el Chico Bífido reparte su veneno a diestro y siniestro, la Sobrina que Molaba se sienta a mi lado y hablamos muy bajito, el Chico TDCC canta como si no hubiera mañana, y "la otra agencia" puede morir si quiere.

Feels like home.

Y sin embargo sigue ese deseo voraz e incontrolable de marchar. Cada vez más vivo.

27.8.13

Supersticiones capitalistas

La Empresa Nido me debía una factura que equivalía a cinco meses de mi sueldo cuando aún era Nido y no proveedor, yo no estaba dada de alta, y la Proveedora Convertida en Clienta se hacía la remolona con el Encargo de Penélope. Hacía año y medio que era freelance, un año que no necesitaba ser freelance, y empezaba a estar más que harta de esa obcecación con pagar tarde y mal de la que hablaba el otro día con la Chica de las Sonrisas, así que decidí que la Proveedora Convertida en Clienta me iba a regalar un iPad; cogí el toro por los cuernos y lo encargué.

Le puse en la trasera "Life always starts today. Change. Enjoy" y algo de premonitorio tuvo aquello.

Una semana después, mi iPad se había perdido. Por supuesto, en algún punto indeterminado de París. No me extrañó nada; yo también estaba bastante perdida en algún punto indeterminado de París, probablemente sobre un puente y hablando de Brasil.

Otra semana después, OK cerraba. El iPad debía llegar a OK, y yo panicaba todo el rato porque no sabía si llegaría o no.

El iPad llegó a OK justo cuando terminábamos de embalar, y yo no paraba de pensar "Change. Enjoy".

It's all over but the crying.

La semana pasada encargué el vinilo de Un soplo en el corazón. Ayer me llamaron los mensajeros, porque estaban intentando entregarlo en OK, infructuosamente, claro; porque, aunque el mundo sea tan pequeño que mi ExCasero El Breve trabaje allí, no están las cosas como para recoger mis paquetes.

Ayer se cayó el iPad y se abolló justo a la altura del mando del volumen, convirtiendo a una de mis cosasimprescindiblesparaunavidaplena, a saber, Spotify en la terraza, en algo cuanto menos dudoso.

Y hoy he ido a arreglarlo y me dicen que no tiene arreglo, y pienso que quizás sea mi último mes como autónoma y que es el momento de comprar con factura, y luego pienso en mi vinilo a punto de llegar, y en aquel paquete de Elefant Records que llegó a OK justo mientras pedía el iPad y que fue el principio de Mi Era Profesoral, y pienso que cuando hago pedidos a Elefant Records, cuando los mensajeros llevan mis compras a donde debería estar y no a donde estoy, y cuando odio a Apple pero compro iPads, la vida está a punto de cambiar, y pienso en el Lugar Donde Todo Va a Salir Bien y creo que todo esto son señales de que muy pronto de la Gruta solo quedarán los Manatíes y estará todo bien y así una saca la Visa Oro con auténtico afán, y es que no se puede asociar que todo vaya bien con compras de más de trescientos euros.

24.8.13

Cuando la vida se vuelve un anuncio de Dewar's

Mi Hermana, a veces, me recuerda demasiado a mí. A mí en la época de cuaderno morado de papel de arroz, que es probablemente la peor de mis yos. O la que peor lo pasaba, al menos. Y releerlo mientras ella Whatsappea saca cosas feas a la luz. Y doy consejos, y he aprendido, y es bien, pero en la práctica, el Pingüino Socialmente Inadaptado es quien se va a la fiesta dispuesto a no emborracharse, y sonrisas muy falsas, y dolor de mejillas, y en fin.

El Chico TDCC y yo nos miramos. "Hacen que parezca normal, ¿verdad?" "Hacen que ÉL parezca normal". Menos mal que en medio de todo esto queda un mínimo principio de realidad.

Y vuelta al escenario de la fiesta a la romana del sábado con la Chica de las Sonrisas, y "Tú eres el Chico Simpático de García de Noblejas" y "Tú eres la Chica que Tenía Hambre Todo el Tiempo", y aunque se acuerde también de que rompimos su powerball es bien que la gente recuerde cuando se te ha ido de las manos y sonría y te recuerde por otra cosa.

Porque no es un drama, porque no quiero más dramas en mi vida.

Y entonces llegan los buenos propósitos, y el Jäger y los dos vodkas no pueden con ellos, porque ya está bien, porque lo de dentro también mola, y fotos en el suelo de la Calle de la Palma, y "vamos a andar y a comer", porque la diferencia entre los 20 y los 30 es que por el camino aprendes a beber, o, al menos, a hacer control de daños, y hoy no soy yo la que le pone la cabeza como un bombo al pobre humano del Open 25, pero no pasa nada, porque NO ES UN DRAMA. Es más fácil verlo en los demás.

Sentidos de la orientación que te hacen preguntarte cómo cojones sobrevive la gente a unas vacaciones en plan aventura, y barrio, y cuando una es sincera las cosas funcionan mucho mejor, y se levanta feliz, y desayuna café y tostadas con tomate y claras con limón y helado de chocolate y escucha música y dice lo que tiene que decir y cuando una no se esconde tras la barrera nada es un drama, y "esto mola" y las luces se vuelven naranjas cuando cruzan las ventanas de casa, y "en esta casa no puedes no ser feliz", y una sensación muy bonita de que puede que todo sea un problema de expectativas, y no solo las grandes cosas.

Y cuando lo único que una quiere es levantarse un sábado en casa y no tener prisa para llegar a Majadalejos, todo está bien, incluso la ducha fría, porque lo que recuerda es a quierovivirsiempreenunfestival, incluso el calor, porque se quita con agua, incluso el apalanque, porque solo es un signo de que me he cansado de huir.

Porque a veces sí que siento aquello de que "la vida es siempre verdad". Porque un "no me apetece" es mucho mejor que un "nado sin manguitos". Ya está bien de impresionarse.

22.8.13

No se puede trabajar en agosto

Una se cree muy lista cuando se coge las vacaciones fuera de fecha, y todo el mundo se va en agosto, y piensa que va a tener dos meses de vacaciones: el que le corresponde y ese en el que no hay clientes.

Pero en verano el tiempo pasa de otra forma.

El sol acaricia las paredes con auténtica fruición. Se desplaza por ellas sin prisa, sus rayos pegajosos se escurren por cualquier rendija. Y todo parece ralentizarse, y las horas son más largas porque los días son más largos y las personas, más lentas.

Pero ese ritmo no evita que haya noches, que los días se acaben, que pasen.

Y una cree que su máxima preocupación es desplazar el monitor y el teclado hasta que la silla queda justo frente a la ventana y que den las 3, o las 5 menos cuarto, o las 7 y media, porque los horarios en veranos se vuelven ácratas, pero luego los días pasan y Outlook pita, y si antes pitaba un par de veces, ahora pita seis o siete, mientras yo miro a mis tareas juntarse en torno al deadline y lo único que pienso es "Don't worry baby, don't be uptight, don't worry baby, we'll stay up all night".

This is the noise that keeps me awake. El resto, que espere a septiembre.

20.8.13

Arqueología emocional

Yo tenía doce años (creo), y tenía que hacer un dibujo con ceras blandas. Una especie de pesadilla de doscientas gamas de verde. Le dije a la profesora que me había dejado el bloc en casa pensando en hacerlo tranquilamente en vacaciones, porque era justo antes de Semana Santa. Al cabo de una semana de vacaciones tuve que empezar a levantarme a las 4 de la mañana para hacer el puñetero dibujo a escondidas.

En ese momento empezaron mis problemas para dormir.

Uno se pregunta siempre si fue antes el huevo o la gallina, y lo que ocurre es que huevo y gallina tienden a ser consecuencia de otra cosa. Relaciones espurias.

El Parador de Montañas Rusas me puso deberes para septiembre. O dejábamos de vernos, dado que ya estaba bien, o, si nos veíamos, iba a ser para buscar patrones. Hablar de la familia. Volver a la infancia, a la preadolescencia. Pero tenía que estar dispuesta. Acepté. Cómo no aceptar, considerando que ya he visto a dónde me llevan los patrones.

Y se fue un mes de vacaciones. Y yo empecé a salir como si no hubiera mañana ("Transmites una energía increíble. Como si el mundo fuera tuyo, todo el tiempo", decía Mi Media Infancia el otro día, en la terraza, precisamente el findesemana de yanopuedomás, el día de nopasanadasinosperdemosalasnancys). Y a venir a trabajar a cuatro patas. Y a pasar las mañanas mirando el monitor como si fuera de otro. Y las tardes en coma en el sofá. Y las noches en las fiestas. Y vuelta a empezar, y un día, y otro, y bocatas de lomo con queso, y tinto de verano, y clara con limón, y mojitos, y pizza, y bocadillos de jamón, y así.

Hasta que un buen día dije que no podía más y decidí saltarme un festival, y me fui a comprar verdura, y empecé a tomar el sol y a salir de día. Más o menos.

Ahora sí, dos días en casa consecutivos después de haber salido 29 días de 31 justo antes. Batidos de fruta, ensalada, pisto con huevo. Y lectura intensiva. Porque, como a los 12, después de un mes de vacaciones no he hecho los deberes. Y la angustia, y el tengoqué, y el Animal Crossing llamándome, y las tres temporadas de 24 que me he ventilado en una semana.

Patrones.

Y veo que siempre he sido así. Que mi control no tiene punto medio. Que o como mal, duermo mal, me porto mal y lo paso bien, o como bien, duermo mucho, me porto bien y me pongo triste.

Pero no tengo necesidad de hacer una Ley General de la Existencia de todo esto y me quedo con que llevo dos días muy sanos. Porque tenía mucho miedo, pero la verdad es que releer el periodo 95-98 ha sido precioso. Que me entran ganas de viajar en el tiempo y abrazarme y decirme que no soy tan mala, que lo he hecho bien, que ser libre es una pretensión perfectamente aceptable y que claro que tengo personalidad. Con sus pros y sus contras. Que he sido capaz de mantenerla. Tengo ganas de darle las gracias por todo lo que me está enseñando quince años después. Gracias, Pequeña Yo, por tu autenticidad. Por tus ganas de luchar, por tus sonrisas de mentira y tus sonrisas de verdad, por ser una Lolita inconsciente, por enseñarme todo lo que he descubierto sobre esa especie extraña denominada personas. Por ser incapaz de leer las señales y moverte todo el rato a ciegas por el mundo, porque has conseguido labrar tu propio camino. Por querer tanto a los demás, por fijarte unos objetivos que a día de hoy siguen siendo relevantes e importantes y confirman que mis decisiones están bien tomadas.

Pequeña Yo, eres absolutamente querible. Nunca pensé que diría esto, pero lo cierto es que eres entrañable, y muy lista, y muy buena persona. Y que tengas una capacidad de procrastinar inigualable no anula todo eso.

Pequeña Yo, todo va a ir bien, y es gracias a ti.

14.8.13

Puntos de vista

500 days of summer tiene montones de escenas maravillosas. Como esta:


Pero lo cierto es que mejora exponencialmente cuando se le añade el contrapunto, una de las escenas cortadas que nunca debió salir del metraje final.


En las últimas horas, Lavapiés ha estado jugando conmigo exactamente a esto. Después de una semana de fiestas absolutamente maravillosa, llena de encuentros, de abrazos, de risas, de sonrisas, de dóndeestásqueahoramepaso, de cantar al aire, de malosrollossolofueradelbarrio, de descubrimientos, de querer a personas nuevas, de pronto y sin venir a cuento mientras tomaba unas cañas con la Chica Aura y el Chico Pingüino (curioso volver a usar estos nombres, después de tanto tiempo, con tanta familiaridad) un hombre aparece corriendo, da dos golpes a otro que cae al suelo y convulsiona tras golpearse la cabeza con un sonido estremecedor, y aparece El Otro Lavapiés.

Aparecen doce coches de policía. Aparece la incapacidad de creer que hayan llamado a la ambulancia. Aparece el personal de ambulancia con una soberbia inigualable, "quieres algo de nosotros o nos marchamos". Aparece la doble de moral: casualmente solo en este caso aplica el derecho a la autonomía corporal (espera, que me da la risa): es adulto, está consciente, no quiere que le atendamos, no puede hacerse nada. Curioso que digan esto en un país donde la eutanasia es ilegal. Curioso que digan esto cuando a mí no me dejaron morir. Curioso que digan esto cuando la Chica Aura y yo estamos seguras de que si nos golpeásemos la cabeza y en plena conmoción tuviésemos un ataque de paranoia, tan nuestro, nos atenderían. Porque somos mujeres, jóvenes y blancas. Aparece el camarero hablando de personas como animales. Discutimos durante mucho rato. Al parecer el que ha caído al suelo no solo trafica con drogas, también con personas. No seré yo quien defienda a un proxeneta, claro que no. Pero no seré yo tampoco quien me pare a juzgar la calidad moral de una persona antes de decidir suministrarle atención médica. El Chico Pingüino media para que se deje mirar. Todos están seguros de que está bien, pero no debe estarlo tanto cuando la ambulancia arranca, con él dentro. Y entonces aparece el miedo al CIE. Y entonces aparecen los gritos de "chivato, chivato" y aparece el miedo. Durante un fugaz momento aparece un mediador que le asegura al Chico Pingüino que saben que lo hacía con su mejor intención y que no hemos llamado a la policía (solo faltaba). La policía nos grita porque no podemos dar una identificación del agresor, veloz, "pero era blanco, era negro...". Era negro, claro, negro y flaco, una descripción que encaja perfectamente con el 90% de la población de la zona de Cabestreros. No vamos a enmarronar a nadie. No recordamos qué llevaba puesto, no recordamos cómo llevaba el pelo, estábamos de espaldas y solo han sido dos golpes, "ya, claro". Aparece la desconfianza mutua vecinos-policía.

De pronto tenemos miedo, un miedo muy tonto por haber estado en el lugar incorrecto en el momento inadecuado, nosotros que hacía veinte minutos que subíamos.

Y, lo que es peor, de pronto y durante el día siguiente en los coches hay gente que probablemente se está drogando con la puerta abierta, hay personas intercambiando drogas en los portales, hay gritos a mujeres.

De pronto es como si todo lo que pudiera ver de Lavapiés fuese lo malo. Mi piso perfecto de pronto es un problema, el termo gotea, el aire no funciona. Y las calles están llenas de amenazas. Como si la voz de ese camarero que desde su interracialidad se dedicaba a despotricar con la misma alegría de "moros", "negros", "indios" y "chinos", que los llamaba animales, que mezclaba fenotipo con actividad, se me hubiera metido en la cabeza y ahora no pudiera pensar en otra cosa. Ahora no me gusta moverme sola por el barrio. Ahora se me acercan demasiado y tengo miedo.

Y solo puedo pensar que odio a la gente que se porta mal y no se autogobierna y legitima con su puta actitud que haya un gobierno lleno de personas que se portan aún peor pero protegidas por la ley.

Y quiero mi Lavapiés armonioso de vuelta. Ese Lavapiés donde se cumplen los sueños. Así que vuelvo a cambiar mi foto de perfil por la calle Argumosa vista desde la plaza, por las luces apagadas. Ayer miraba los árboles con restos de farolillos y pensaba que esa era yo. Todo barrio y restos de verbena.

Barrio, vuelve a hacerme feliz.

6.8.13

(Your) Life is a lie



Estos chicos sacan videoclip, la Chica Con La Que Pude Coincidir pregunta si será cierto, y yo no puedo evitar pensar en la cantidad de personas que utilizan aquello de tuvidaesunamentira como arma.

La vida de todos es una mentira, señores. La ilusión biográfica, lo llama Bourdieu. Que viene a ser, resumiendo, que nos engañamos para que todo tenga sentido. Steve Jobs habla de esos momentos mágicos en los que se unen los puntos como si existieran, pero no existen. Nos los inventamos, básicamente. Miramos hacia atrás, y nos apoyamos en esa memoria selectiva que todos tenemos (salvo Mi Media Infancia, que tiene una memoria absoluta con la que la mayoría de nosotros no podríamos vivir) para olvidarnos de todo lo que no nos cuadra.

Nos miramos al espejo y afirmamos alto y claro "Yo soy así", y es mentira. Somos seres cambiantes, incoherentes y ridículos. Nada más lejos de la idea de lo esencial.

En estos tiempos del vivirparacontarlo, lo de la ilusión biográfica va a más. Me resulta tremendamente desconcertante que me digan "te sigo por Facebook, así que ya sé cómo te va". ¿Cómo vas a saber cómo le va a alguien por una serie de mensajes puntuales, impulsivos, e incoherentes? Pero, en realidad, hace lo mismo que harías tú si respondieras a la pregunta: le da sentido a todos esos momentos sueltos y hace un balance que permite saber si te va bien o mal, qué quieres cambiar en tu vida, o cuál de las novedades que te han pasado es más importante.

Nos mentimos, mentimos a los demás, los demás nos mienten a nosotros.

Pero y qué. Lo que verdaderamente importa es que funcionan. Que las contamos fenomenal. Que las creemos, las disfrutamos y las vivimos, como los sueños o la buena ficción. Que nos identificamos con ese yo esencial que anteayer no existía, y es suficiente.

Cuando uno es un buen narrador, puede construirse una vida tan maravillosa que la sonrisa no se le cae de la cara, que siente cosquillas en el estómago al levantarse por la expectación ante las cosas nuevas, que canturrea cuando anda por la calle, que quiere más a los demás y se hace querer más.

Que sea real o no es totalmente lo de menos.