22.12.10

Higiene mental

Dentro de mi rediseño vital, entre otras cosas, se incluye el hacer algo que me apetezca todos los días. Lo que tiene de grandioso esa regla es que "no pensar en qué narices me apetece y perder el tiempo de forma miserable" puede contar como cosa que me apetece, así que es bastante fácil de cumplir, y tremendamente gratificante. Y que me ha enseñado a mirar las cosas que apunto en mi agenda como "tareas" (así las llama el móvil) de otra forma. "No quiero seguir posponiendo esto". "Quiero que esto esté bien". Terapia cognitivo-conductual, creo que es, pero me pasa con la psicología como con la sociología: que aprendo por ósmosis y soy muy poco rigurosa con los conceptos.

El caso es que para tener tiempo para las cosas que uno quiere hacer, las cosas que realmente hacen que pienses "pues qué bien", hay que eliminar viejas rutinas y, repitiéndome, las limpiezas son tristes, en general.

Hoy he descubierto, de forma completamente casual, que no soy la única que hace limpiezas. Y me ha resultado tremendamente liberador. Aprender a disfrutar de ser prescindible. Bonita cosa que hacer hoy.

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