10.10.10

Soy una avariciosa. Me he quedado hasta tus perchas. Me las llevaré, claro. A estas alturas, no voy a tirarlas. También.

Sí que he tirado un par de las muestras que tenía de cuando no me escuchabas. Qué quieres que te diga, prefiero recordarte cuando sí lo hacías, aunque sea sin soporte material.

La última vez sólo se vació una cómoda, la mitad de un armario. No parecía tan apabullante. Aunque en realidad lo era. No sé, de aquellos meses tiendo a tener recuerdos difusos.

El caso es que creo que me va a sentar bien un sitio donde no haya agujeros que recuerden tus fotografías.

Las mudanzas son fracasos, ya lo dije. Que en el fondo tiene un cierto toque de happy end, que a su manera ha sido a mejor, sí. Pero fracaso, al fondo, no obstante.

Qué pena tan grande que no fueras tú. Ni aquí.

8 comentarios:

Ana González dijo...

Nena... se malgasta demasiado tiempo en pensar finales alternativos a historias que ya terminaron...

La abajo firmante dijo...

No, si ya no los pienso. Sólo me acuerdo de ellos. Evidentemente, me gustan mis finales potenciales actuales. Es sólo que da rabia.

Ana González dijo...

Ains...

Natalia dijo...

Pobres perchas, arrancadas de su papá armario... ;) Enhorabuena por tu blog!

Mirta Peces dijo...

Qué quieres que te diga.
A mi las mudanzas no me parecen un fracaso.

Miguel Ángel Maya dijo...

:-(
...Te entiendo (te lo dice un recién mudado)...

Destrozaflanes dijo...

Te echo de menos hasta por aquí...

La abajo firmante dijo...

Well, I'm back. Poquito a poco.
Gracias, Natalia, por el reconocimiento :)
Y a Miguel Ángel, por la empatía.
Y a Mirta, por el espíritu constructivo.

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