25.11.09

De limpieza

He descubierto un truco estupendo.
Yo, de siempre, soy niña de no tirar nada. En mi casa todavía hay un cierto cachondeo cuando después de donar unos juguetes en Navidad me pasé meses llorando por un hipopótamo es-pan-to-so que había ido a parar a la bolsa (de hecho, el año pasado me regalaron uno mucho más bonito y se llama Trauma).
Pues se acabó.
Estamos en plena fase de mudança (quieroquieroquiero aprender portugués). Porque no es sólo cambios de piso, son cambios vitales. Y todo duele tanto, que es mucho más fácil tirar.
Coges la maldita camiseta que llevas guardando desde el año 90 y no te has puesto jamás y piensas: "¿me duele más deshacerme de ella o que este sea el fin de mi vida tal y como la conocía?". La respuesta es obvia, y ya llevo dos bolsas gigantes que espero que se multipliquen por veinte de aquí a enero.
Y es que, puestas en perspectiva, las cosas cambian una barbaridad.

1 comentario:

Destrozaflanes dijo...

Es muy importante que las bolsas no se queden en la puerta esperando bajarse a la basura demasiado tiempo, por si te arrepientes.

Cuando las bajas te quitas un peso de encima tremendo... ;-)

Publicar un comentario

Habla tú también. No dejes que esto sea sólo un monólogo.