31.1.09

Las pesadillas se terminan

Hay que ser terriblemente ególatra para citarse a uno mismo, pero, en fin. En noviembre dije que:
"En estos cuatro años, he visto cerrar una papelería, abrir dos bares, una tienda Apple, he comido en montones de sitios distintos y ya no saludo a los camareros del Manila, sino a los del bar de nombre irrecordable conocido como "los obreros". Me he hecho fan de los del bar de nombre muy feo conocido como "los viejitos". He visto entrar y salir a gente fantástica, muy especialmente el Chico Pez. He visto salir, aunque no hubiera visto entrar, a la gente que me adentró en el mundo laboral. He reído, he sufrido, y, sobre todo, me he hecho mayor en una gruta sin ventanas que, desde hoy, ya no es para mí sino la manzana anterior a la casa de mis primos.
A partir de ahora, tomar café en un sitio tan feo que en la parte de abajo se alquilan locales para conferencias. Volver a no saber dónde comer, aunque yo haya hecho la guía útil de servicios. Cruzarme con cientos de personas en un ascensor. Tener que pasar una tarjeta magnética cada vez que quiera fumar un cigarro. La cuesta tremenda de Torrelaguna.
Y, por supuesto, la puesta de sol sobre el edificio de colores y la mariposa de Gas Natural, que hará que añore al Chico Pez todas las tardes."

Unas semanas después, la casa de mis primos se convirtió en la casa de mis primos menos uno. Lo cual hace que cada vez que paso con el 61 por esa esquina, todavía se me pongan los pelos de punta. Muy especialmente cuando me bajo y no recuerdo si debo pulsar A o B en el telefonillo.

Porque ahora, en esa calle (en la que también aprendí que bailar y yo no somos 100% incompatibles; apenas un 60%; en la que le dije al Chico Cósmico que no quería una relación y en la que ambos hemos paseado una y mil veces la relación siguiente; en la que dejé de ser administrativo y pasé a ser técnico de marketing, en la que vi andar con su sempiterna sonrisa a la Chica del Fondo de Armario, mil cosas más que nunca podrían tener un hueco aquí) también he tenido que subir a ese piso y hablar de que Primo #1 se fue para siempre.

Esta noche he soñado algo muy raro. Él venía y sonreía y me estaba contando algo de pie junto a la litera en la que yo dormitaba, y entonces alguien le pegaba un tiro y salpicaba todo lo que había alrededor. Inmediatamente, le llamaba al móvil. Tenía un mensaje encantador en su buzón de voz, al que yo le decía que ojalá le hubiese conocido cuando podría haberlo hecho. Luego volvía a llamar para pedirle que, por favor, explicase a todo el mundo que ya estaba muerto, porque me culpaban a mí del asesinato. Era todo muy raro. El olor a sangre era absolutamente real. El dolor, en cambio, era "de leve a moderado", como dicen en el tiempo. Supongo que no se irá nunca del todo, porque nadie se va del todo cuando se va sin que le toque. Pero por lo menos he llegado a la fase del duelo del "recuerdo agradecido", o eso le dije, precisamente, a la Chica del Fondo de Armario.

Y es que, a pesar de todo, 2009 se quita las legañas y empieza a colocarlo todo a su manera, lo cual es al menos y por una vez lo que estaba esperando. Esta semana he hablado de Blue, y con Blue, y con la Chica del Fondo de Armario (todo esto en momentos distintos y con interlocutores diferentes), y me encanta la capacidad que tienen algunas personas de convertir un uno-a-uno en un unoymedio-a-unoymedio. Y ojalá esos malditos examinadores de tráfico dejen de cobrarle impuestos a mi persona favorita, porque me encantará tener aquí a alguien que es capaz de sacar lo mejor de mí y sacar lo mejor de sí conmigo.

Vamos a ser Grandes, Blue. Qué ganas de que estés aquí.

25.1.09

Pomorska

- Ya he perdido alguna vez antes, así que he tenido que aprender. ¿Tú no has perdido nunca?
-¿Perder cómo?
Se quedó pensando un poco.
- Perder de verdad. No tanto como los jinetes de la división Pomorska, porque eso ya no tiene remedio, pero casi. Perder de tal forma que te quedes tirado en el suelo, y mires hacia arriba y digas: "He perdido, y ahora cómo me levanto". Y a pesar de todo, levantarte.

Esto salía en Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia. Lamentablemente, nunca podré saber si mi obsesión polaca fue antes o después de Lorenzo Silva, pero en cualquier caso, fue simultánea a una historia de amor adolescente e impresa que, a pesar de tenerlo todo para considerarse intrascendente, me ha cambiado la vida.
La obsesión por Polonia me vino de antes, ahora lo recuerdo. Compré ese libro en vez de uno de Flanagan precisamente por Varsovia. Tardé doce años en conseguir pisar la Stare Miasto, pero, en el intervalo, me obsesioné tremendamente con la historia de la División Pomorska.
[Esto está tomado de un espacio de Windows Live, así que, en fin: La división Pomorska se remonta a la ocupación alemana de Polonia. Cuando ya no quedaban posibilidades de resistir, en un último intento por defenderse, la división de caballería Pomorska cargó a la desesperada, con caballos, lanzas y espadas, contra los tanques alemanes. Por supuesto, murieron todos, no consiguieron ni desconchar la pintura de uno solo de los tanques. Pero hay un algo romántico en ese modo de perder, un toque heroico que hace que los ganadores no se alegren por ganar de ese modo, que los perdedores salgan ennoblecidos.]
Quizá por eso me empeño en salir a la carga cuando oigo tanques. Me obsesioné con que alguien me llevase a Varsovia. Me obsesioné, también, con qué debía ser perder de verdad. ¿Qué leches es perder de verdad en este ambiente primermundista?
Bueno, pues este lunes salí contra todos los tanques hasta que no me quedó un hueso sano. Escayolada y derrotada, ha sido una semana tremenda, notando cómo cada una de mis fracturas se soldaba y se recolocaba con tremendos dolores. Físicos, incluso, en alguno de los casos.
Y sigo siendo una afortunada primermundista, pero creo que ahora ya sé qué es perder de verdad.
Y aun así, no puedo evitarlo. Estoy deseando subirme al caballo y apretar los dientes a la carrera; y cargar contra un tanque.
Odio los tanques.
Qué se le va a hacer.

PD: Seguro que el hecho de que los suicidófilos Joy Division se llamasen anteriormente Warsaw no es casualidad...

Como Gainsbourg y Birkin

Wow. La canción es un temazo impresionante. Pero el vídeo (concretamente, esta, de entre las tres versiones) la supera.



Eso sí; admito que era más feliz sin haberla entendido. Como me pasó en su momento con Blanca. Me gusta pensar que las canciones de amor son canciones de amor y no odas a la politoxicomanía. Para eso ya está Guille Milkyway, gracias.
En fin. Sigo enamorada de esta pareja. Tanto como para comprarme el nuevo de Ray Loriga, sin haber leído Héroes, ni nada. Sólo por cotilleo.
En modo fan todavía, dos regalos, sobre todo para Blue:



(Y esta segunda, un poco para el Chico Escritor, aunque no se puedan comparar peras con manzanas, claro).

18.1.09

Postergando

Me debo a mí misma una fiesta desde mi última entrada. El caso es que soy una mujer tan liberada (por fin mi lista de To-Do's ocupa una tarjeta de visita en lugar de un folio) que salgo del psicólogo y me dan impulsos extraños de bajarme del autobús en la parada de la ex-oficina, saludar a los viejitos, y aunque me voy sin el paquete que compré a la empresa de mi primo, pues al menos me llevo un rato de buena conversación. También, he podido conocer al fin al chico del Chico Pez y sonreír hasta que me dolían las mejillas porque esté sí mola. Sigo leyendo como si no hubiera un mañana, y compatibilizo mi adicción total al Pet Society de Facebook con mis adicciones, menos totales pero aún más bochornosas, a tremendamente malas series de televisión.
Pero, no obstante, sigo a la expectativa. Al día siguiente, cierre contable. Al siguiente, auditoría externa, y solicitud de RRHH para tomar café conmigo mañana. Nervios tremendos desde entonces, y malestar consiguiente, porque creo que vuelvo a somatizar (aunque no se lo digáis a nadie, por favor. Mi nueva Psiquiatra y el Psicólogo están de acuerdo en retirarme la medicación pronto y no queremos joderla. Aunque sea colonoscopia mediante, aguantaremos). Y, por supuesto, volver a llegar tarde y recibir una bronca que aún no sé si merezco y que parece que también continuará mañana.
Lo malo de los lunes no son tanto los lunes en sí, como esta agonía parturienta de las últimas horas del domingo.
Mi Psicólogo me ha hablado de un concepto nuevo, llamado "sobrecompensación", que es bastante curioso. Si consigo defenderlo, igual me lleve a alguna parte; aunque seguramente iría más lejos evitándolo, claro. Pero eso requiere una reconstrucción total de mi autoimagen y, por tanto, hay que empezar por medidas drásticas que den resultados a corto-medio plazo. Cada vez soy más práctica en ese sentido. Las personas con bata lo llaman "proceso cognitivo-conductual". Llámenlo X, si quieren. El caso es que yo voy a terapia para encontrarme mejor, y eso, cuanto antes. No para darle más vueltas al coco de las que le daba antes.
Bastantes vueltas le doy a las cosas reales por pasar. Lo cierto es que estoy aterrorizada de cara a mañana, tan bloqueada que he pasado el finde trabajando unos ratos y abstrayéndome otros con el mismo resultado por debajo de las expectativas.
Palabra que también hay que borrar, dice el señor Psicólogo. Él considera que no se pueden tener expectativas hasta sobre el grado de euforia que uno debe sentir cuando se licencia. Pero bueno, seamos progresivos, en esto. De momento, no puedo evitarlo, quiero euforia. Y cuando ya la tenía programada para el viernes, me vienen ofreciéndome trabajo, así sin contacto previo, y colocándome una entrevista de lo más inoportuna. Lo cual estará muy bien si me despiden mañana, sin duda, pero sonará mucho peor el viernes a las 3.
Así que, señores lectores más próximos, resérvense todos los huecos del próximo findesemana. Porque, viernes, sábado, o whatever, el próximo finde llegará la venganza. Que ya toca ejecutarla en lugar de prometerla...

11.1.09

A 45 rpm

- Soy feliz, ¿sabes?
- ¿Y por qué?
- Pues no lo sé. ¿Por qué no?
El caso es que últimamente todo me parece mucho más rico de lo que era antes, como si me hubiese quitado no un peso, sino un velo de encima. Estoy leyendo libros que me parecen magníficos (Los renglones torcidos de Dios, la semana pasada; Los hombres que no amaban a las mujeres, esta) e incluso un libro que me parece de las mejores obras de arte que me han pasado por delante. Me he acordado mucho de Miss Calamar mientras leía Tokio Blues (Norwegian Wood), de cómo ella hablaba de lo fantástico que era y de lo que disfrutaba leyendo hasta que, por fin, al final, le regaló una entrada. Este libro es como una antítesis de Rayuela. Si con este todas queríamos ser la Maga y ni nos enteramos de Talita, en aquel todas queremos ser Midori, aunque se le dediquen la quinta parte de páginas que a Naoko. En fin, lo terminé en Ciudad de los Ángeles (curioso) y estuve hasta Argüelles con los pelos de punta bajo los dos jerseys y procurando averiguar si esa emoción que tenía dentro eran o no ganas de llorar. Qué bonita etapa de hipnosis, la que ha durado mientras me ha acompañado el señor Murakami.
Para corresponderle, ayer me compré el resto de sus libros. Entre otras cosas. Ayer terminé mis últimas pruebas de validación. Ayer fui por última vez a recoger unas etiquetas con mi nombre y un código de barras a esa maqueta de universidad que es el campus de Lejanés de la UC3M. Justo ayer, conocí a más personas de mi carrera de las que he conocido personalmente en estos cinco semestres. Pero sin arrepentimientos. Por favor, qué mal gusto demostraría tener arrepentimiento por algo a estas alturas. Se ha acabado. C'est fini. O al menos, todo esto será cierto cuando sustituya por negras las letras rojas de mi Proyecto Final de Carrera y le dé al botón de "Enviar mensaje", entregando por fin mi último trabajo académico pre-titulación.
Que nadie se confunda. Me conozco. Sabía que esto iba a ocurrir, y ha ocurrido: esta tarde he descargado la Guía de Estudios de Antropología de la página de la UNED. Probablemente el máster del IED me quede grande a estas alturas, con todas estas ganas de vaguear, de baños de espuma, de crema hidratante, de horas de sofá, de series buenas, malas y regulares. Pero una carrerita de un par de años, a distancia... Pues sí, me apetece. En fin. Cuando uno está mal de la cabeza, "no se trata de corregir lo incorregible sino de aprender a vivir con ello", Paradora de Montañas Rusas dixit. La hiperactividad me gusta, y cada vez creo menos en que es algo que me sienta mal.
Me sientan mal otras cosas. Me sienta mal la hipersensibilidad, eso sí. El otro día, tras la jornada de formación del Día de la Nieve (qué paletos somos los españoles. Venga a colgar fotos de la nevada en Facebook. Me moría de la risa), la Mujer Sin Pelos En La Lengua, esa a la que dicen que tanto me parezco, me decía: "Si yo te cuento mi vida porque tú me inspiras esa confianza y a ti te parezco una pesada, es tu problema. No el mío. Yo me he sentido bien y tú transmites una impresión engañosa". Creo que me lo voy a apuntar en mi cuaderno de cosas para no echarme en cara. Me parece una verdad demasiado tajante, pero aplicable, no obstante.
En fin, que estoy contenta, que quiero hacer cosas, que disfruto haciéndolas, y que ya casi no me importa la cantidad de médicos a los que tengo que visitar las próximas semanas. Que en 2009 voy a estar bien caiga quien caiga, y que, de hecho, he empezado ya.

7.1.09

Pensamientos varios, pasados por la Minipimer

- Los propósitos de año nuevo, no llegan al 15 de enero, es imposible. Ya he vuelto a abandonar el blog, a levantarme a las 4 de la tarde por sistema (aunque debo decir que es guay compartir horario vital con los conejos y verles trepar por el sofá, incluso a Vespa, que ya no parece viejita e indefensa ni nada), a comer a deshoras, y a tomar más café de lo que debería. Es más: mi propósito laboral para 2009 (seguir poniendo límites sin enfadarme con nadie y sin poner a nadie a parir) duró exactamente hasta el día 2 de enero. Que me expliquen por qué narices tengo que comerme yo el marrón de alguien tan irresponsable que se coge diez días más de vacaciones para irse a Miami en pleno lanzamiento de producto. Alguien que, dicho sea de paso, es "responsable de marketing de producto". Sin comentarios.
- No quiero seguir inventándome qué pasará este año en función de lo que pase estos días. Sobre todo, porque el día 5 terminé en el médico por urgencias, aterrorizada ante una posible muerte inminente (los hipocondríacos somos así, qué le vamos a hacer). Y hoy ya me he saltado la primera jornada de formación porque sigo renqueando de mi gripe. Y he estado trabajando horas extras y a deshora. Y todo eso no augura nada bueno y me pone de mal humor. Y creo sinceramente que aún estamos a tiempo de cambiarlo. O eso dice mi encantadora becaria, a la que cada día que compartimos quiero más.
- El otro día, escuché a un amigo (respetemos su privacidad) sentir que la vida es una continua pelea. No me gustó nada. Nada nadísima. Me recordó demasiado a noviembre de 2007. Tanta pelea, ¿para qué? Para algo, tiene que ser para algo. Nota mental para contarle al psicólogo mañana: me gustaría saber por qué es tan difícil sentirse natural en los entornos sociales, y por qué cuando uno se siente natural se siente, al mismo tiempo, culpable y poco aclimatado. Digo yo que el proceso de adaptación entre el yo y el yo-social no debería ser todo o nada. Digo yo que se debería poder mantener cierta autenticidad sin dañar las normas sociales. Yo qué sé.
- El tema Palestino. Me pone los pelos de punta. Me siento tan asquerosamente impotente que me dan ganas de gritar. Quiero aislarme de las noticias pero es inevitable seguir viendo fotos de bombardeos (cínicamente hermosas, por cierto), y oyendo cifras de muertos y declaraciones absurdas de políticos infames. Para quien quiera, allá va esto:

Manifestación Legalizada

Todos los partidos politicos, sindicales y ONGs que habian acordado el calendario de movilizaciones contra la agresión a Gaza, han manifestado su apoyo al cambio propuesto por la Comunidad Palestina de convertir la concentración anunciada del dia 11 de Enero domingo, en una manifestación con el trayecto de NEPTUNO a a la Puerta del SOL. pasando por Cibeles. a las 12 h:

Gran manifestación de solidaridad con el pueblo palestino de Gaza, Domingo 11 de enero a las 12 H de Neptuno a Puerta del Sol pasando por Cibeles.

Rogamos máxima difusión
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Que sí, que es duro manifestarse cuando uno lleva tanta manifestación inservible encima; pero más duro es esta sensación de no estar haciendo nada todo el rato, y...

Y... eso es todo, creo.
Feliz fin de navidad.

4.1.09

Viva el multicentrum

Si quiero que esto sirva dentro de doce meses, tendré que ser sincera. Marzo se presenta asténico. Recuerdo la luz de las once de la mañana, el pensamiento de quégustazoestardescansada. Pero luego, algo me ha llevado a seguir durmiendo hasta las malditas siete de la tarde. Con castigo consecuente, claro: pesadillas durante las ocho horas restantes. Pesadillas horrorosas llenas de muertos. Puaj.
A cambio, el resto de marzo me ha traído un expediente con nota media de notable. Eso está genial. Mi marzo metafórico también ha sido el día en que, por fin, ha aparecido mi "gafado" regalo de cumpleaños (ahora sólo hay que conseguir que llegue desde Alicante. Pero cosas más raras se han vistos).
Conclusión: si quiero que marzo sea un gran mes, habrá que atacarlo con vitaminas. Está bien, no me importa. Tengo un pastillero de sugus precioso que quiero tener vacío cuanto antes mejor. Nota mental: pedir cita para el psiquiatra, y, esta vez, ir. A la tercera va la vencida.

2.1.09

De buena mañana, para variar

Empecé este blog con un experimento: no sé de dónde había sacado que los primeros 12 días del año resumen lo que van a ser los doce meses siguientes, pero, por si acaso, lo apunté.
Es bastante curioso el paralelismo, releído a día de ayer, con lo que verdaderamente ha sido el año.
Así que, repito:
- Enero (1/1/09): La Despensa lo consigue, y aunque no es el primero del año, el segundo anuncio de La Sexta dice "Sí al 2009", y yo me pongo contentísima. No obstante, y dado lo que hemos cenado (que habría dado para el doble de personas de las que éramos) y mi gripazo reciente, sigo sin animarme a salir. Pero me paso hasta las 7 de la mañana disfrutando de la vida ociosa, acabándome el último de Hornby, leyendo cómics antiguos de Mortadelo y Filemón, y viendo capítulos repetidos de Sexo en NY. No es mal principio, aunque luego me levante a las 7 de la tarde... Para seguir leyendo, ponerme a bordar, ver Los Soprano y volverme a la cama. Conclusión: enero, un mes de hobbies. Mira qué bien :)
- Febrero (2/2/09): Vuelvo al trabajo. Llevo una hora de retraso sobre el planning, pero sólo es una hora, para variar, y eso está bien. En diez minutos saldré por la puerta de casa y llegaré a la oficina a una hora medianamente decente, achacable al horario flexible y no a mi naturaleza marmotil. Mis planes incluyen comer un pincho de tortilla con la Chica de las Sonrisas, y bajar al centro, porque, aunque ya tenga agenda (y sea personalizada y preciosa, aunque llegue el día 11), debería buscar algo para Reyes y recoger las entradas que tengo pendientes. El balance, a final del día.
Buenos días y feliz 2009. Otra vez.