17.2.08

Cambiazo

La Chica Trotamundos dice que ella no querría que la mencionasen en un blog, pero creo que no me lee y tampoco creo que se moleste, así con anonimato y eso.
Yo pensaba que iba a quedar el viernes y el sábado y al final el viernes dormí un cólico malísimo (definitivamente van a ser las guindillas) y el sábado me cundió pero fuera de todo lo esperado. Peluquería con la enana por la mañana, comida veloz y Juno. Salir del cine trotando cuesta abajo por San Bernardo cantando Anyone else but you no tiene precio, sobre todo cuando tu pareja tiene treinta y cinco años y no esperas ni de lejos que te siga el juego. Pero es que Juno hace que uno se sienta como si fuese un adolescente encantador.
Y en ese estado de ánimo voy a Tribunal y la recojo con un abrazo intenso, intensísimo, y recuerdo inmediatamente su olor en mi colcha, las últimas veces que nos vimos, y cuánto, cuánto la quiero aunque esté lejos. Nos vamos al Lola Loba y nos ponemos al día, y luego subimos a casa a cenar, a que conozca al Chico Cósmico y a los bebés y la casa, aunque ella dice que echa de menos el cuarto amarillo y todas esas conversaciones y esas tardes de apalanque. Hablamos de mucha, mucha gente; el Chico Cósmico pregunta si vamos a repasar a los 20.000 habitantes de Tomares uno a uno, pero es que cuando una se reconcilia con su pasado quedan cantidades industriales de cariño disperso y gusta imaginarse a gente sonriendo en bici o ennoviada o haciendo lo de siempre o haciendo cosas nuevas. Hablamos del Chico Carnaval, y decimos poco pero yo siento mucho, y quiero escribirle un correo que no sé cómo empezar. Y a eso de la una, decidimos irnos a buscar a su hermano al trabajo, y nos sentamos en un banco y brotan torrentes de sinceridad y me da un poco de rabia que las cosas que he hecho o he pensado hagan llorar a alguien más, pero es que con ella es como si el tiempo no hubiera pasado, y sigue siendo esa chica tan enormemente vitalista que ha tirado de mí y que se ha empeñado en demostrarme que soy una artista y una fuente de energía, y ella se merece saber que cuanto digo es verdad, que cada abrazo es sincero, y que tengo atesorados todos los recuerdos con ella, por variopintos que sean, en una cajita forrada de fieltro de colores muy dentro.
Que la quiero a rabiar, quiero decir.
Y si esa conversación hace que hoy me encuentre fatal y tenga un gripazo del quince pero sin fiebre que me excuse de ir a trabajar, bienvenida sea. Porque ha sido mi planinesperado favorito desde hace mucho, mucho, mucho tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

d=-D
... y por eso nos gusta el chico cósmico.
Creo que tengo localizada a la chica trotamundos, pero no estoy segura... en cualquier caso, viva el repaso local, viva!

Anónimo dijo...

qué suerte tenéis las dos!

Publicar un comentario

Habla tú también. No dejes que esto sea sólo un monólogo.