19.6.10

Releyendo, estoy de un positivo (cínico, podríamos llamarle) que no se ajusta a la realidad. Así que aprovecho para una última observación: lamentable que en la sociedad de la comunicación todavía seamos tantos los que pagamos a gente un precio hora que jamás cobraremos por su capacidad de escucharnos durante una hora seguida y procurar imbuirnos de un poco de sensatez.
Y, sin embargo, absolutamente inevitable, considerando que es la misma sociedad del notengotiempo, del lomíoespeor, del yesoquevivimosenunentornoprivilegiado y otros tantos lugares comunes que impiden cualquier tipo de comunicación realmente sincera que resulte relevante.

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