Como toda una persona mayor. Yo sola, y casi sin pensarlo. Entré en el mercado, superé las vísceras de la puerta contigua, me planté frente al verdulero. Le pedí un manojo de zanahorias. Me miró raro. Y me mantuve. Basta de pensar si las zanahorias se piden por unidades o por peso y cuándo pesan seis raciones para conejo de zanahorias. Quiero un manojo, y punto.
Me dijo que lo cogiese, lo cogí, lo pagué, salí del mercado, y seguía sin sufrir un ataque de ansiedad. De acuerdo que podría haber aprovechado para comprar todo lo que quería, y no sólo las zanahorias. Pero, oigan. Poquito a poco.
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
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