Hoy es un día de hacer listas, en general. Listas de invitados a cenar (nosotros, para variar, por libre: teníamos invitados a comer y cenamos solos, webcam mediante), listas de cosas para comprar a última hora, listas de bares donde no cobran entrada después de la 1, y, sobre todo, esas listas infames de cierres contables.
A 2008 lo cierto es que le pedí muy poco. Me valía con que no fuera 2007. Quizá fue fallo mío, y debía haberle pedido que fuera 2006, pero ese es otro tema. Le pedí tan poco, que en 2008 he escrito 96 entradas. Me hace gracia, porque, si contamos esta, son las mismas que páginas tiene mi ProyectoFC (bibliografía aparte).
Ayer, Blue decía que para ella 2008 no ha existido y que le resultará raro cumplir 25 sin haber vivido los 24. Yo, la verdad, siento algo temiblemente parecido. De hecho, hace nada escribía sobre la crisis de los 23, y no era para nada un error tipográfico. Como decía la Chica Ángel, se conoce que después de tanto correr, me ha venido un año en stand-by.
Tampoco es extraño no tener gran cosa que poner en mi libro de deber-haber de 2008. Al fin y al cabo, he pasado 5 de los 12 meses de baja. Eso es algo, sin duda. No ha sido tan terrible, porque, de hecho, de lo poco que recordaré de 2008 hay una cosa muy grande, que son los cafés, desayunos, aperitivos, cañas y demás con Mi Media Infancia, que nunca se habrían producido de no ser por esos cinco meses.
Pero, ¿y qué más? 2008 será para mí el año que se fue Jaime, y eso no me gusta nada. Quiero recordar cosas fantásticas y unirlas a la lista para que la ausencia no sea tan grande, pero lo cierto es que no me sale. Sí, 2008 fue el año en que me planté sola entre las primeras filas a berrear con los Sex Pistols, pero igual en vez de "No future for me" debería haber cantado "No present for me". 2008 ha sido el año de mirar todo el rato atrás y adelante, sin poner casi nunca los pies en el suelo.
En la oficina, hace dos semanas, hablábamos de que 2009 sería mejor porque tendríamos un plan de marketing, y un director, y no sé cuántas cosas más. Y ese ha sido en gran parte mi 2008: pensar en todo lo que tendría en 2009. Aunque ayer terminara efectivamente, la burocracia es lenta, y 2008 no será el año que me trajo la licenciatura.
Así que, este año, voy a hacer una carta mejor. Le pido a 2009 que sea un año de partos. Que traiga al mundo mi certificado de licenciada, mi sueldo menosmileurista, a la pequeña Lola, a la gente que está por el sur, a mí de nuevo a latitudes cálidas, muchos álbumes de fotos, muchas noches con grandes canciones que aún no han sido editadas, sonrisas, sorpresas, y sugus.
Feliz 2009.
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años