2.3.08

La semana que tuvo al menos tres meses

Dio tiempo a que me implicara en un proyecto para cliente, para que lo arrancásemos, para media docena de reuniones internas, para saltarme el baile, para volver al psicólogo, para leerme el primero de los cinco libros de la biblioteca que me ha sacado la becaria, para que empezara el curso, para estar de muy mal humor y de muy buen humor, para que RRHH me haga proposiciones indecentes, para pelearme y reconciliarme con la Inabreviable una docena de veces, para que viniera Blue, para una tarde en el BoFinn de las de antes, para convocar un encuentro en casa de la Chica de las Sonrisas el próximo viernes, para encargar una cajonera, para que Kiwi pueda acicalarse solito, para que hubieran hecho falta tres coladas (que no se hicieron, claro), para ir a Suances dos veces, y a Condesa, otra; para sentirme defraudada y sorprendida gratamente, para que mi PC haya perdido la grabadora y la capacidad de reproducir vídeos, para encontrar a Fan #2 en el metro y volver a prometernos por enésima vez unas cañas-café, para leer Der Kleine Prinz, para ver los capítulos de la semana que viene de algunas de nuestras series favoritas, para dormir como un bebé, para tomar café y para pasar el mono de cafeína.
Tiempo para todo menos para postear, y supongo que eso no es malo.

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