16.2.09

Googlearse, el Becario, RSS y otras maravillas nacidas al amparo de Internet

El viernes se lo dije al Chico Escritor. Me miró como si se me hubiese pirado la cabeza completamente, pero me da exactamente igual. Antes de eso, el miércoles o el jueves, ya se lo había dicho al Chico Cósmico.
El caso es que si no hubiera conocido nunca al Chico Escritor, además de los blogs, las risas, las fiestas, el Chico del Entusiasmo, la Chica Súcubo (no recuerdo cómo se llamaba antes) y otros tantos recuerdos, de lo que estoy segura es de que no tendría cuatro libros en concreto. A saber: uno con mi cara en la portada, dos con mi nombre dentro, y un cuarto a punto de publicarse en Internet con mi muy relato favorito jamás creado.
Él dice que habría sucedido antes o después, pero es mentira. Sí, empecé a escribir antes de saber escribir, dictándole cuentos a mi madre. Sí, siempre he querido ser escritora, y creo que incluso Mattel tiene una prueba (en un concurso de Barbie yo dije que quería estudiar Filosofía y Letras; una se pregunta si realmente tiene talento para el marketing). Sí, dije que quería que me pagasen por escribir y lo conseguí, aunque sea por escribir cosas que ya no tienen sentido de tantas veces como se han dicho, cuestionado, y vuelto a decir, incluso a imprimir.
Pero el caso es que desde que tenía 14 años y ninguna posibilidad no había vuelto a presentarme a un concurso, hasta el fatídico año 2008. Que trajo miles de cosas malas, pero también un resultado increíble: un 50% de "finalista" sobre concursos a los que me he presentado.
En realidad, mi dinámica con los concursos literarios es la siguiente: mi FeedReader (concretamente el NewsFox de Firefox) acumula suscripciones a páginas que recogen concursos literarios. Diariamente leo las novedades y borro aquellas que sólo recogen poesía. Una vez al mes, normalmente en domingo, paso por cada uno de los enlaces y voy borrando aquellos cuya fecha se ha pasado. Sin mirar cuál era, sin mirar el premio, sin mirar nada más que la fecha de entrega. El resto, los guardo hasta mi siguiente revisión, en la que, seguramente, se habrá pasado la fecha y desaparecerán. Es algo parecido a hacer la compra para todo un mes y comer fuera todos los días.
Pero esta semana han pasado cosas. Tales como que mi becaria (real; como no me gusta el apelativo, la llamaremos La Chica de los Trípodes) me lleve a googlearme y me encuentre con que se va a publicar Luciérnagas y me dé igual (casi) que no sea en papel. Tales, como que las últimas predicciones del Becario (imaginario; apelativo otorgado al equipo de redacción del mejor horóscopo web del mundo, léase Astrocentro.com) consistan en:

Del 13 de Febrero de 2009

El éxito en los negocios, tal vez ayudado por tu habilidad para las palabras o las letras, podría cruzarse hoy en tu camino. Los contratos y otros papeles, el teléfono y los viajes en automóvil absorberán gran parte de tu tiempo. Toda esa actividad quizás te haga sentir un poco agotada. No obstante, te llenarás de entusiasmo y optimismo por todo lo que sucede y, sin dudas, pronto estarás proyectando nuevos emprendimientos. ¡Diviértete!

Del 14 de Febrero de 2009

Hoy tendrás la imaginación y la intuición en su punto máximo. Confía en tus corazonadas, sobre todo si se trata de dinero o de proyectos nuevos. Las intuiciones rondarán tu conciencia, pero necesitarás meditar profundamente para comprender su mensaje. Para lograrlo, descarta el pensamiento lógico, es mejor dejar que las ideas surjan solas. ¡Luego utiliza la lógica para decidir qué hacer con ellas!

Del 15 de Febrero de 2009

Quizás hoy recojas los frutos de nuevos emprendimientos en cuyo perfeccionamiento invertiste mucho tiempo. Tal vez se trate de escritos, discursos o publicaciones. El éxito parece estar en el aire, y quienes detentan la autoridad pueden sentirse impresionados por lo que tratas de lograr. Arrebata la sortija ahora mismo, aprovecha esta oportunidad porque puede pasar mucho tiempo antes de que otra se presente. ¡Arriba y adelante!

Del 16 de Febrero de 2009

Hoy te sentirás llena de entusiasmo y optimismo. Últimamente los negocios y el trabajo en equipo han dado resultados satisfactorios y rentables; puede suceder que hoy recibas noticias sobre oportunidades que se presentan inesperadamente. Durante mucho tiempo has realizado un gran esfuerzo sin resultados aparentes y ahora parece que todo sucede a la vez. A pesar de tu entusiasmo, recuerda que si deseas mantener el ritmo actual, ¡debes seguir adelante con el trabajo! ¡En marcha!

Y todo esto no dejan de ser predicciones basadas en la relación del movimiento de los astros y mi fecha de nacimiento, pero el caso es que funcionan. Y he encontrado el concurso perfecto para Lluvia en el asfalto y ahora estoy decidida a vaciar la caja que llené imprimiendo mi obra en la oficina antes de irme de vacaciones pensando que en septiembre no iba a volver (¿nadie tiene esa sensación algunos días?).

Porque, desde luego, quien no lo intenta no lo consigue.

Gracias, Chico Escritor. Si nunca hubiera visto que en tu estantería había libros con tu nombre, nunca hubiera retomado el sueño de tener en la mía volúmenes con el mío.

14.2.09

De un día de lluvia, hace dos semanas

No deja de ser curioso lo débil que es la civilización. Caen unas cuantas gotas, salen a la luz los paraguas y las luces de los coches, y lo que era un barrio normal y corriente parece convertirse en un parque natural de homínidos en estado puro.
La gente (apelativo cariñoso para esa masa violenta) va a toda velocidad por las estrechas aceras, y las buenas intenciones que nos llevan a ceder asientos en el autobús desaparecen tras una inusitada capacidad de exacerbar el instinto de conservación: ataques con las varillas metálicas, bruscos empujones para elegir el lado mejor cubierto, independientemente de que la persona que tienes enfrente vaya sin paraguas y sin meterse con nadie.
Se podría pensar que en un coche, calentito y bajo techo, uno siente menos tentaciones de comportarse como un salvaje, pero lo cierto es que una vez disueltas las reglas básicas de convivencia, todo vale. Los pasos de cebra se deshacen ante la mirada de los conductores, no sea que se retrasen cinco minutos más en un día en el que los atascos se suceden.
Lo cierto es que mucha gente odia los días de lluvia. En realidad son bonitos, necesarios (como me recuerda un taxista, unas semanas antes), acogedores cuando uno tiene un sitio donde ir. Pero nos recuerdan el peor lado de cada uno, con lo que, lo siento, yo quiero sol. Y ya.

10.2.09

Escribir sobre...

No llevé el abrigo al tinte porque quería salir. Hacía tanto que no salía que tenía ganas de todo, incluyendo de estrenar esas prendas regaladas que acumulaban arrugas en un cajón, esperando la ocasión de ser usadas. Y esas prendas no podían llevarse sino con el abrigo blanco, así que esperé. Esperé hasta el domingo, cuando me di cuenta de que, indefectiblemente, no, no iba a salir, dominada por la apatía como estaba.
Hice un último intento de enmiendo con mi presencia exterior estrenando un vestido para ir a trabajar. Pero entonces el abrigo se vengó; la mancha de café difuminada y las mangas rozadas de negro deslucían completamente mis buenas intenciones.
Y finalmente entré en el tinte, dejé el abrigo, y volví a casa con un pequeño temblor y una enorme sensación de fracaso personal.

Como ven, todo depende de cómo se cuente. Si uno quiere resultar patético, esta es una muestra de que es fácil de conseguir incluso a nivel superficial. De lo que se concluye que no existen perdedores, sino ganadores que no dominan el recurso de la elipsis, o que no tienen criterio a la hora de colocar el foco.

PD: El otro día me vi obligada a hacer un curso sobre "Escribir con eficacia" (dicho sea de paso, lleno de fallos de lenguaje) y prácticamente prohibían los adverbios en -mente. Me enfadé tanto que casi me metamorfoseo en el narrador de Mantra y me convierto en una escritora revolucionariamente fresaniforme...

5.2.09

Ahí me las den todas

Llevo esperando este preciso instante tanto tiempo que anulo todo lo que he dicho:

- Que no quería ser comunicóloga
- Que un título universitario no decía nada sobre mi capacidad laboral
- Que no iba a terminar nunca
- Que no había buenos días laborables en el ejercicio 2009

Y cualquier otra cosa que os apetezca que retire.