17.4.11

Nostalgias diminutas

Hay cosas que, sin ser olores, aparecen en forma de estímulos irrelevantes y se convierten en llaves de delorean. La luz de las farolas contra el anochecer de los viernes por la noche, cuando aún es temprano, y el ruido de niños que salen a cenar con sus padres. El prólogo de findesemana. Cuando ir a los comerciales y tomar tapas en aquel bar que parecía un barco (a mí me lo parecía) era como darse un capricho, lo que visto en perspectiva es triste y entrañable al mismo tiempo.
La enfermedad que uno decide pasarse en la cama. Que habla de días y días de videoclub, "te he traído"... y ese color azul gastado de los folios que cubrían las carátulas de los VHS. Cuántos fines de semana alquilando, sistemáticamente, Inocencia interrumpida, Lolita y Los amantes del Círculo Polar, "supongo que sabes que a estas alturas hace tiempo que te había compensado comprarlas". Alquilar videojuegos y pasarse las noches medio delirando con la consola para pasárselos antes de devolverlos.
Me parece terrible pensar lo vieja que me siento y la cantidad de años que me quedan para ser realmente vieja.

1 comentario:

La_Esperada dijo...

¿ Sí o qué ?

Besos!

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