El viernes pasado, celebrando el cumpleaños del Chico Escritor, tuvimos una de esas acaloradas discusiones en las que de vez en cuando te metes sin saber muy bien cómo ni por qué, si en realidad estás de acuerdo con la otra persona. Al Chico Escritor y a mí nos pasa mucho, y supongo que tiene más que ver con elegir la palabra adecuada que con una posición frente a algo, porque al final, estéticas aparte (que no es que no importen, claro que importan), tendemos a estar de acuerdo en casi todo.
En este caso, hablábamos, o eso creo yo, de las rachas. Mi torpeza fue decir que me alegraba profundamente de que a la Chica Suiza (creo que no se llamaba así, pero no me acuerdo) y a su chico les estuvieran saliendo posibilidades como setas, porque ya necesitaba un poquito de ilusión a mi alrededor. Empezamos a discutir sobre si era más importante tener salud o dinero, no sé muy bien cómo llegamos a eso, y el caso es que la salud, obviamente, es fundamental, pero de lo que yo hablaba no era de dinero, sino más bien de proyectos.
Supongo que la palabra no era ilusión, porque, tradicionalmente, de ilusiones y de entusiasmo solemos ir sobrados. Otra cosa es que nos pongamos a ello con un cierto tesón. El viernes, hablábamos de la diferencia entre ser talentoso y ser trabajador, y me temo que Picasso nos daría una buena sarta de collejas porque a nosotros tiende a venirnos la inspiración todo el rato; otra cosa es que nos pille trabajando, y, si lo hace, que nos pille trabajando en aquello para lo que nos sentimos inspirados. Ambiciosos en exceso, dispersamente atentos, llámalo X.
El caso es que hace unos años que nos compramos aquellas camisetas de "Yo sobreviví a 2007", y que la broma ha durado tanto que todavía hay gente esperando la de "Yo sobreviví a marzo de 2010". Y que estoy cansada de supervivencias y lo que quería era proyectos vitales.
De proyectos vitales, no, no andamos sobrados.
Estoy harta de leer últimamente sobre fragmentación, inseguridad, instituciones zombis, fin de la certidumbre, y "todo lo que era sólido se convierte en líquido". Está claro que son malos tiempos para los proyectos de vida, y que al final vivimos sin proyecto y tampoco pasa nada, porque, efectivamente, vivimos. Porque nos pasan cosas buenas, y tenemos la suerte de poder contarlas. Pues sí.
Pero esa ilusión de estar haciendo camino... Un camino que puede llevarte o no a donde quieres ir, pero que es un camino, y no un simple hecho aislado... Eso mola.
Y la Chica India está con su nuevo apartamento y su "residente en NYC", y el Chico Escritor ha encontrado un grupo de profesionales realmente profesionales que saben de lo que hablan, y el Chico del Entusiasmo ha vuelto al cole en todos los sentidos, y Blue está replanteándose su vida desde los cimientos, y la Chica Formal se casa y se va al fin del mundo, y para la Chica Suiza los problemas ahora están dentro del curro y no en la búsqueda de curro, y la Compi Rubia está saturada porque su escuela tiene éxito, y sí, queda gente por colocarse, pero la tendencia es ascendente.
Por mi parte, me estoy encontrando sin saber cómo lo he hecho en el lugar al que no sabía cómo se llegaba. Todas las piezas que ni siquiera sabía que ya tenía en las manos se han encajado y han construido un mapa hacia alguna parte. Un viaje para el que de pronto cuento con un reconocimiento de mi trabajo que ayuda muchísimo a creer en mi proyecto de futuro trabajo, con un sitio al que quiero ir, con una opción por la que apostar, y con una ilusión que a veces incluso supera mi enorme tendencia a la pereza.
Y con mucha, mucha gente maravillosa que está dispuesta a acompañarme en espíritu mientras empiezo a andar. Si llego o no llego y hasta dónde, ahora mismo, parece secundario. El caso es que hay una dirección; y que andamos.
Saturday night (lirirarará)
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En medio de la fiesta, inicio de un larguísimo atardecer, se me acerca una
chica a la que no conozco de nada y me dice: "Eres muy simpático, me caes
muy...
Hace 2 años
6 comentarios:
Jajaja... Pues yo no tuve la sensación de estar hablando de dinero y salud, sino de algo más que eso: que nos pasan cosas buenas todo el rato, lo que no podemos pedir es que nos pasen todas las cosas buenas y nuestras vidas sean perfectas y estemos seguros de que lo van a ser siempre y que toda esa perfección empiece a los 25 años. Para mí, la discusión era esa ;-) Terminología, supongo. Un beso, socióloga pibón.
Es maravilloso que pasen cosas estupendas y si hay que andar, se anda, y si hay que nadar, pues también ;)
No encuentro la errata... ¿Igual era un chiste? Nademos, pues.
Una vez leí en algún sitio que toda discusión/debate que se prolonga lo suficiente termina reduciéndose a una cuestión semántica.
Besos!
Pues es una grandísima frase, oiga. Me la apunto.
Yo creo que en realidad lo que quería decir Carmen es que le gusto
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