30.10.11

Drama queen

Aprender de memoria cosas que no tienen sentido y dárselo. Y cuando se lo has dado, cambiarlo una y otra vez, porque el texto, al final, es plastilina y hay que jugar con él.

Ser capaz de sentir algo de una forma tan fuerte que te agobias, realmente te agobias, como si fuera cierto que te quedan horas para coger un tren y tienes una entrega que hacer. Ver que la persona frente a ti tartamudea, se pone nerviosa, atropellarnos al hablar y llenarlo todo de "ya", como si realmente nos conociéramos hace tres años en lugar de hace tres o cuatro clases.

Jugar, como con la Chica CAT cuando éramos pequeñas, a ser objetos inanimados. Andar como columnas de hormigón, como globos de helio, como cuchillos. Pensar en imágenes, sentir cosas que no están pasando.

Estar pensando en Beckett con tanta fuerza que lo ves en todas partes: parejas extrañas en carritos que se me mueven con energía eléctrica. Beckett, me da mucho miedo que tus personajes se vuelvan reales.

Perder algunos miedos y empezar, poco a poco, a enfrentarme a otros.

Creer que no sé escuchar y darme cuenta de que lo que en el fondo no sé, es pedir. Descubrir cosas de ti misma precisamente cuando no estás siendo tú misma. O sí, porque todo se mezcla y es difícil distinguir lo real de lo simulado.

Claramente, necesitaba volver a hacer teatro. Hace mucho tiempo que no me sentía tan llena. Me preguntaría por qué he esperado 9 años para volver a intentarlo, pero en realidad me encanta pensar que puedo usar todo lo que he sentido en estos 9 años.