12.7.25

Miedo a volar

Es terrible cuántos "yo estaré aquí" no generan tranquilidad sino claustrofobia.

Me dedico a moverme de un lado al otro de las escenas, le robo las frases a todos esos personajillos que ahora, al parecer, soy; "ahora entiendo", luego no. Patrones aprendidos que tenemos que matar.

Mirar el calendario, mirar el reloj. Verlo todo rojo. El modo espera me paraliza a niveles incompatibles con la vida: la lavadora sin poner, el fregadero a reventar, las plantas alicaídas, "no puedo hacer na porque no se mueran". Pienso, de nuevo, en la mancha del pasillo. "Vivía en un bucle y ahora es un vaivén".

El dolor infinito, la sensación de estar de nuevo en el centro del tornado de la humillación y justo a continuación, totalmente resuelta a clavar la daga más hondo, a ver si me desangro de una vez, encontrarme al otro lado del espejo por culpa de una frase oculta.

Pensar sin parar en las agendas ocultas. "I don't find it obvious, what you want".

Y mirar mi propia agenda y pensar solo y sin parar que nos hemos perdido 6 meses del resto de nuestra vida y que, digo yo, ya está bien. Estoy cansada de mezclar las prisas con las ganas pero es que cuánto tiempo duran las ganas en el congelador.

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