6.10.09

Hangin' around

Ayer fue la primera vez que sentí que esta expresión era perfecta. Probablemente siempre lo ha sido, y, con perspectiva, es los sábados por la mañana con la Chica Aura en un sofá como el que tengo ahora (lo de la vida en espiral es lo que tiene), y las noches con el Chico Carnaval en el laberinto hablando de comernos el mundo, o, al menos, conocerlo; y las tardes entre semana con la Chica Ángel en mi cuarto ultra-amarillo.

Pero hacía tiempo que no pasaba un día como ayer. Con su comida sagrada en Olavide y un sueño que parece imparable pero que no te arrastra hacia la siesta. Con el sol, con uno de los últimos días de sol, que, por ser uno de los últimos, parece mucho más importante. Y una acaba en la biblioteca con el Chico del Entusiasmo jugando a la pedantería y sacando "Videoculturas de fin de siglo" y "Teoría e historia de la cultura de masas" y pensando que cuando vaya la semana que viene al COIE tengo que salir de ahí, al menos, con una beca de colaboración, porque madre mía lo que mola la Universidad.

Y yo quiero seguir dando vueltas por el barrio dos años, pero luego qué. Así que espero que, luego, sea dar vueltas por la facultad y que ya no parezca que cada vez que me voy de un sitio, lo ponen más bonito (véanse la peatonalización del centro de Sevilla, los bolardos pintados de colores en la calle de la Palma, los pisos temáticos en color ácido del edificio antiguo de Ciencias de la Información).

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